‘Orgullo y Prejuicio’, la serie de 1995 que nos cautivó.

Las comparaciones son odiosas, no podemos evitar hacerlas, nunca hacen justicia a nadie o nada. ‘Orgullo y Prejuicio’ de 1995 es una de esas obras que, dependiendo de cuando la hayas visto, caerá en un lado de la balanza u otro.

En mi caso, haber visto la película de ‘Orgullo y Prejuicio’ de 2005 una cantidad incontable de veces me hizo, casi sin quererlo, comparar y rememorar escenas. Pero tengo que decir que eso no ha supuesto en ningún momento que haya disfrutado menos de esta serie redonda que nos trajo hace 25 años la BBC, sino todo lo contrario. Sí eres una austenita nada hará que no la encuentres perfecta.

Durante seis episodios, Jennifer Ehle y Colin Firth dan vida a Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy respectivamente. Ellos son los protagonistas indiscutibles de una de las historias de amor más reconocida de todos los tiempos, pero sin sus allegados, el conjunto de la obra y, en este caso, la serie habrían perdido gran parte de su encanto.

Bendita familia

Algo por lo que destaca ‘Orgullo y Prejuicio’ es por ese retrato mordaz que hace de la sociedad de su época. No pasa desapercibida ni por un momento la enorme crítica que la escritora buscaba dar a conocer a través de sus personajes. Todos ellos, sea cual sea su posición social se muestran imperfectos y, ni que decir tiene, que todos representan un papel complejo que crea una representación social acertada y completa, todo un estudio social desde el punto de vista de una mujer en el siglo XIX.

Los seis episodios son un claro ejemplo de esas personalidades. Da igual que seas parte de la nobleza más boyante o que por el contrario te encuentres un pelín más abajo en el escalafón. Hay cosas que por desgracia quizá nunca cambien y esta versión sabe darles forma y mostrarlas. El orgullo y los prejuicios mueven casi todas nuestras primeras impresiones.

No cambia que es clave esa necesidad imperante de la madre de la familia Bennet de «colocar» a sus hijas. Es un personaje que no es capaz de pensar en otra cosa, lo cual la hace casi tan odiosa como impertinente. Todo lo que piensa Mr. Darcy de ella se queda corto. La interpretación de Alison Steadman es sublime, solo consigue superarla en repulsa en esta serie la interpretación de Anna Chancellor, esa hermana que nadie querría por cuñada. Ambas actrices bordan papeles complicados y dan ese toque de maliciosidad tan necesaria a la serie para focalizar la atención de espectador en esa parte humana y reflexiva que pretende dejarnos.

Donde quizá cojea un poco más la cosa es en las hermanas, aunque probablemente sea porque tengo demasiado idealizadas a las de 2005. Lydia, sigue siendo junto a Sr. Wickham ese personaje odiado, y con buen motivo. Es tal la fanfarronería y el descaro de ambos que podemos hablar incluso de una caricaturización de lo más bajo en el ser humano.

La forma de comportarse y los diálogos son tan acertados que nos parece que estemos nosotros en esas reuniones sociales intentando no morirnos de la vergüenza ajena que supone incluso respirar su mismo aire.

Pero hablemos del que todos sabemos es el personaje con el que más te tienes que reír. David Bamber hace las veces de Sr. Collins, el primo clérigo del señor Bennet, que llegará en un momento dado a quedárselo todo. ‘Orgullo y Prejuicio’ (1995) alza sobre todo la voz en torno a su figura, ya que por el simple hecho de ser varón, consigue heredar en lugar de sus primas, dejando a su merced a todas las féminas de su familia. Aquí si que aciertan de lleno con el casting.

Hogar, dulce hogar

Una de las cosas que siempre captan nuestra atención en las recreaciones que se hacen de la novela son las maravillosas localizaciones en las que se establece la acción. En el caso de la obra de 1995 son dos los lugares clave que, además, son mencionados en más de una ocasión por los protagonistas como catalizadores totales de la trama.

Pemberley

Empezamos, como no, con el hogar de Sr. Darcy. No solo se alaga la gran renta anual del personaje, sino también que sea dueño de la mitad de Derbyshire. Seguro que en más de una ocasión te has preguntado donde está ubicada esa impresionante construcción y sobre todo ese lago del que sale Colin Firth tan majestuosamente.

«Creo que debo fecharlo en el momento que ví por primera vez sus jardines de Pemberley«

Elizabeth Bennet

Mientras que en la película de 2005 la localización escogida para pasar por Pemberley fue Chatsworth House, aquí nos tenemos que desplazar hasta Lyme Park en Cheshire si queremos ver los exteriores que nos muestran en la serie, y si, por el contrario, queremos disfrutar de los interiores debemos viajar hasta Sudbury House en Derbyshire.

Lyme Park es ni más ni menos que una casa con toques isabelinos y paladianos enfondados en una bella fachada. Todo un lugar de cine, no nos extraña que fuese escogida. Por cierto, Sudbury House puede visitarte, por lo que si te apetece pasear por set de rodaje de ensueño, sin todos esos inconvenientes, aquí tienes la opción perfecta.

Longbourn

El hogar de las hermanas Bennet es Luckington Court, una preciosa mansión que ha sido en años recientes, no tan reconocida por salir en esta versión de’Orgullo y Prejuicio’ (1995), pero sí porque se rumoreaba que bien podía terminar siendo la casa del príncipe Harry y su esposa Meghan Markle. Sí, así también me he quedado yo, ojiplática.

Por sus excelentes localizaciones esta serie consigue hacernos vivir de forma realista dentro de la serie. Verla es como transportarse a otra era, una en la que estamos muy cómodas y a la que parece que simplemente volvemos, nunca se hace extraña.

No todo son flechazos a primera vista

Finalmente, no podemos más que hablar del elefante en la habitación. La relación de Darcy y Elizabeth es quizá una de las más cercanas y fieles a la obra jamás versionadas. Ambos actores son el alma de la serie, sin ellos, a pesar de todo lo que hemos comentado anteriormente, la serie de la BBC habría pasado mucho más desapercibida.

Los momentos de tensión contenida a los que nos enfrentamos se cuentan por decenas, hay casi tantos como miradas de soslayo, gestos agridulces y de contención. Colin Firth pasó probablemente con ‘Orgullo y Prejuicio’ (1995) al panteón de los dioses de más de una cinéfila/seriéfila, y lo mismo ocurre con Jennifer Ehle, quien está soberbia a pesar de la gran cantidad de sentimientos encontrados a los que tiene que hacer frente en su papel.

La relación de esta historia romántica empieza con muy mal pie, pero el tiempo, el conocimiento y la maduración de los personajes permiten un final feliz. No es un cuento de hadas, tiene algún toque, no lo negaremos, pero nos parece real, creíble y sobre todo natural, por lo humano de las reacciones de sus personajes. De ahí que sobreviva al tiempo y capture a nuevas generaciones.

¿Es esta tu pareja/versión favorita? Para mi el jurado está todavía deliberando, pero repetiría visionado con frecuencia y en cada ocasión sería capaz de disfrutar de algún aspecto nuevo, lo cual lo dice todo sobre ella.

Jane Austen sacó a la luz su obra literaria allá por 1813, desde entonces, su leyenda como escritora no ha hecho más que acrecentarse hasta colocarse en el olimpo al que todo escritor quiere llegar, el de la atemporalidad. Esta miniserie de 1995 solo es una pequeña representación de esa fascinación y atracción que despiertan Jane Austen y sus mundos.

Una serie de una factura absolutamente impecable, que cuenta a su favor con unas interpretaciones sólidas. Si por algún casual aún no has visto esta versión, tienes que hacerlo. Es indispensable en esa categoría que conocemos como «de época».

Tráiler de ‘Orgullo y prejuicio’ (1995)

¿Pasa el corte?
Overall
3.8
  • Fotografía
  • Vestuario y Maquillaje
  • Guion
  • Interpretaciones
  • Banda Sonora
  • Edición y montaje
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Puntos fuertes

  • Recreación de espacios y vestuario
  • Una historia de la que jamás te cansas
  • Los secundarios, inolvidables

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