‘Tropique’, más allá del destino (Edouard Salier) | Sitges 22

Qué lo fantástico puede ser melodramático a veces se nos olvida. Quizá sea ese uno de los motivos por los que tanto sorprende ver ‘Tropique‘ en un festival como el de Sitges, donde lo que se espera, irremediablemente, es mucha sangre, fantasía, locura y una buena base de gore. Pero la realidad es qué, cómo ya nos han demostrado también ‘Unidentified Objects‘ o ‘La Paradoja de Antares’, lo fantástico tiene tantos matices como quiera dársele, y, la película de Edouard Salier nos permite hablar de mucho más que caos y sangre a raudales.

Norte de Francia, 2041. Lázaro y Tristán, hermanos gemelos y mejores amigos, se entrenan juntos para las pruebas de ingreso en la Academia Astronauta. Un día, Tristán se contagia de un misterioso residuo que convierte su físico en monstruoso y debilita su capacidad intelectual. Este desastre fuerza a Lázaro a intentar a olvidar el recuerdo que tenía de su hermano para poder quererlo tal y como es ahora, en un mundo donde no hay lugar para los monstruos.

‘Tropique’ es un acercamiento pausado a uno de los mayores miedos que tenemos los seres humanos, la pérdida, solo que en este caso se concreta en la pérdida de la identidad y por ende, el norte. Los personajes Tristán y Lázaro tratan de reconstruir y rehacer realidades, no solo porque son el futuro de una humanidad que está condenada si se queda en la Tierra, sino porque se verán forzados a reformular su pautada existencia de la mañana a la noche. ‘Tropique’ es encontrarse a uno mismo a pesar de no reconocerse, es aceptarse bajo una nueva óptica mientras se siente que el suelo bajo los pies ha desaparecido sin dejar rastro y conseguir que quien te rodea logre hacer lo mismo.

Aquí es donde nace lo terrorífico de esta cinta, en lo volátil y frágil que es nuestra condición humana por muy resiliente que se sea. ¿Cómo se lidia con un elemento extraño que de golpe deja a dos de los chicos más preparados y con proyección de Europa en la estacada? ¿Cómo se pasa de estar entre la élite a caer en el ostracismo y vivir apartado como un monstruo sin salvación?

Edouard Salier se rodea de un equipo interpretativo impecable para hacerlo. Marta Nieto en el papel de madre abnegada que lo ha dado todo siempre por sus hijos sobresale gracias a unos cambios de tempo en su personaje que le permiten irradiar felicidad en pantalla haciéndonos querer bailar junto a ella, obligándonos, a un mismo tiempo, a sentir, también, el peso del mundo sobre sus hombros cuando, agotada, no pueda gestionar más vivir al día, obviada y sin nadie en quien apoyarse en una sociedad extremadamente clasista.

Louis Peres trabaja de forma sólida y con una enorme presencia el papel de líder y hermano mayor que tiene las ideas claras. Un joven conocedor de que el fallo no es una opción si quiere tener un futuro del que sentirse orgulloso. Es uno de esos personajes inquebrantables que parecen inmutables pero que estallan en miles de pedazos y matices justo cuando la historia lo necesita. Algo similar ocurre con Lázaro, llevado a la vida por Pablo Cobo, quien se suma al reto de ponerse en la piel de un personaje cambiante que no para de evolucionar y de cuestionarse su presente y futuro. ¿Serán capaces de sobrevivir a las circunstancias?

La naturalidad con la que los personajes entran y salen de escena, la quietud de una cámara que nos permite reflexionar sobre estado mental de los personajes mientras disfrutamos del hábitat que los rodea, pudiendo pararnos a analizar sus detalles genera un diálogo mucho más profundo del que tendríamos si la acción saltase a toda velocidad entre escenas. Pero esa pausa no implica carencia de intensidad, sino más bien lo contrario. En todo momento se siente el peso de las emociones, que se trasvasa al espectador a través de una cuidada fotografía que te hace viajar entre la amabilidad de lo conocido y el exotismo y fascinación que nos asalta cuando los protagonistas se encuentran entrenando en unas instalaciones de élite que nada de mundanas tienen.

Lo mismo compartimos plano con los protagonistas que los miramos fijamente a la cara. Esta es una cinta en la que siempre está ocurriendo algo, aunque en la mayor parte del metraje es una actividad interna de los personajes. Son sus transformaciones emocionales en las que buceamos y, mientras no esperamos nada novedoso de sus acciones, nos sorprendemos con sus decisiones en cada paso que dan. Luchan contra un pasado que los ancla sin permitirles alcanzar un futuro que requerirá dejar atrás todo lo que les es querido y conocido.

El director consigue darnos todo esto en las dosis justas para atraparnos en su mundo, y por ello el tiempo vuela. Si eres capaz de sentarte a ver ‘Tropique’ sin esperar nada de ella salvo una película sólida encontrarás belleza visual en su puesta en escena, un guion lleno de matices y preguntas trascendentales, así como unas interpretaciones honestas que te harán creer cada segundo de una representación distópica que quizá no esté tan lejos como nos gustaría creer.

Tráiler de ‘Tropique’

¿Nos encanta?
Overall
3.8
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Banda Sonora
  • Originalidad
  • Edición y montaje
  • Guion
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Puntos fuertes

  • El enorme dinamismo que generan las relaciones familiares dentro de la trama.
  • La intensidad emocional y psicológica que plasman todos los protagonistas.
  • Una cuidada y cambiante fotografía que se adapta al guion a la perfección.

Otras películas que nos han encantado en Sitges 2022 son:

Crítica de ‘Rubikon’ (Magdalena Lauritsch, 2022), de clichés y gran trabajo. | Sitges 2022

Crítica de ‘Irati’ (Paul Urkijo Alijo, 2022), el folkore y el deleite | Sitges 2022

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