El domingo se estrenó en HBO España ‘The Tale’, una película autobiográfica con la que Jennifer Fox (hasta ahora una reconocida documentalista) cuenta, a través de la ficción, el caso de abuso sexual (que no relación) que sufrió a los 13 años por su entrenador de atletismo de 40 años. Ahora, su propia vida es el motivo del documental. Por aquel entonces, la adolescente Jennifer pensaba en realidad que su entrenador la quería, razón por la que se llegó a sentir especial. Está basada en “The Tale”, un relato escrito por ella a los 13 años sobre Bill y la Sra.G, su profesora de equitación y cómplice del abuso. Sobre la pareja, la joven Jennifer escribió que eran dos personas muy especiales, a los que llegó a amar, y que tuvo la suerte de compartir su amor.

La excelente Laura Dern da vida a Jennifer, una documentalista con cierto éxito que se reencuentra con un pasado al que había sepultado en el olvido (imposible tarea, pues el pasado siempre está allí, y aparece cuando menos lo esperas). Con lo cual decide volver a explorar los hechos, utilizando como punto de partida el cuento que escribió a los 13 años para soportar tal crueldad. Esta es una historia sobre la investigación de una mujer que regresa a su pasado, a sus recuerdos de infancia. A través de ellos se ve forzada a rememorar su primera relación sexual (esto es lo que pensaba la cría, tan fácil de manipular, tan inocente, tan ingenua, tan vulnerable, que nunca llegó a considerarse víctima). Y no, fue un abuso sexual en toda regla de su entrenador Bill, un seudónimo, pues aún está vivo.

La protagonista aparte de visitar a personas que pueden saber algo de la historia, dialoga con versiones anteriores de sí misma y con los que destrozaron sin piedad alguna su inocencia. De este modo, su yo de 13 años, interpretado por una soberbia Isabelle Nélisse, junto con el entrenador Bill y su amante (Jason Ritter y Elizabeth Debicki), son indispensables para mostrar estos hechos perversos y crueles, y también para dar respuesta a las preguntas de la Jennifer adulta (que, en realidad, habla consigo misma).

La película comienza con esta frase: “La historia que voy a contar es real. Hasta donde yo sé”. Un punto de partida que marca el tono y los asuntos del filme. El pasado es una huella que nunca desaparece, la necesidad de contarnos historias para poder sobrevivir (el autoengaño tan propio del ser humano), la fragilidad de la memoria y de los recuerdos. Estos grandes temas los aborda de una forma virtuosa (la construcción narrativa está muy lograda). Hay un constante ir y venir del pasado y del presente, que superpone a veces, recurso que le sirve para materializar en pantalla los pensamientos de Jennifer, sus recuerdos, llenos de matices. Podríamos afirmar que buena parte de la película se basa en una idea totalmente cierta: En nuestra cabeza siempre tenemos conversaciones todo el tiempo. El pasado, que ya no existe, puede ser tan real como el presente, y el presente debe ser tan real como el pasado.

A propósito de un tema tan delicado como es el abuso infantil, en alguna entrevista Jennifer Fox ha dicho: “Lo que a los medios les gustaría pintar en términos de blanco y negro es muy complejo y matizado. Sintiéndose amados, amando y sintiéndose especiales, los niños luchan con eso mientras se aprovechan de ellos. Eso es lo que es el abuso sexual infantil”.

La propia directora se refiere a la película como “memorias ficticias”. ¿Qué nos permite la ficción? Vivir cosas fuera de nuestra experiencia. En este caso, es distinto. A través de ella, ficciona un episodio doloroso de su propio pasado. Convierte su abuso infantil en un drama devastador en el que, lógicamente, algunos personajes, lugares y situaciones no son exactamente iguales a lo que sucedió en realidad.

Es una película difícil de ver con algunas escenas absolutamente vomitivas. En cuanto a esto, la directora deja bien claro que nunca hicieron nada que tuviera contenido sexual con Isabelle Nélisse, lógicamente trabajaron con un cuerpo doble. Estas secuencias tan crueles y arduas de ver y dañinas para la sensibilidad del espectador están construidas en la sala de edición.

Entre toda la barahúnda de películas (las que triunfan en su mayoría escapistas), ‘The Tale’ es una joya muy valiosa por la honestidad que desprende. Logra quitarle el velo a este tema tabú (los abusos sexuales) que, en palabras de la directora, es mucho más complicado y matizado de lo que nadie ha dicho jamás. Jennifer Fox, con esta obra, espera abrir un gran diálogo sobre la verdad del abuso sexual, y yo, como espectador, sólo puedo decirle chapó.