Prácticamente cualquier persona que piense en cine mudo (e incluso podríamos decir que cualquier persona que piense en el cine como un arte) recibe rápidamente el destello de una silueta: la de un vagabundo de andar patizambo apoyado sobre un fino bastón a medio flexionar, envuelto en un polvoriento frac desarrapado y unos pantalones bombachos, coronado por un bombín, y, sobre todo, caracterizado ...[Read More]