‘Solo ante el peligro’ (1952) | A buenas horas

El wéstern que revolucionó el género

Desde ‘Asalto y robo de un tren’ (1903), de Edwin S. Porter, uno de los cortometrajes originarios del género, el wéstern, que no es sino la historia de la fundación de Estados Unidos, como muchos cineastas describieron en muchos de sus films, siendo probablemente John Ford, el que con clásicos como ‘La Diligencia’ (1939) o mucho más tarde con ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ (1962), asienta esta afirmación, apreciándose una transformación mucho más compleja del género. Pero en la década de los 50, fue cuando se explotó todas las posibilidades de un género que se menospreciaba por su simpleza y su poca sustancia dramática. ‘Solo ante el peligro’ (1952), de Fred Zinnemann cambió por completo el wéstern tal y como se conocía hasta entonces, y aquí procederemos a analizar por qué hay un antes y un después de este film, considerado uno de los mejores del género y dicho sea de paso, de la historia del cine clásico.

El primer alegato antimacarthista

Carl Foreman, guionista de la película que a su vez se inspiró en el relato corto de John W. Cunningham, ‘The Tin Star’, se encontraba a principios de los 50 bajo la lupa del Comité de Actividades Antiamericanas del senador McCarthy, y decidió llevar a cabo un alegato contra esta tendencia en la industria cinematográfica de manera subliminal, a través de un wéstern. Solo indicar cómo el personaje de Thomas Mitchell en el film, refleja a la perfección, tanto corporalmente como en su discurso, al senador con este diálogo: «Vendrán las grandes fábricas del Norte a aquí y pondrán sus industrias en nuestras tierras, ¿es eso lo que queréis?» La propaganda anticomunista es marcadamente disimulada, pero inconscientemente está presente, así como el posicionamiento ambiguo del personaje del cura que critica al protagonista de no acudir a la Iglesia (un ateo).

Para ello decidió contar con el apoyo indispensable del joven productor, Stanley Kramer, director y exitoso productor que nos traería en esta segunda faceta, clásicos como ‘El motín del Cane’ (1954) o ‘Adivina quién viene esta noche’ (1967). Para dirigirla decidieron contar con Fred Zinneman, en el que supondría su onceavo largometraje. El problema es que al ser una película de poco presupuesto, precisaban de un actor protagonista que le confiriera el necesario empaque a la producción para que no resultara un fracaso, nombres como Montgomery Clift, Charlton Heston e incluso el mismísimo Marlon Brando, fueron tanteados para el rol protagonista, pero ninguno lo aceptó.

Will Kane, o la desmitificación del sheriff

Will Kane, protagonista del film, sería interpretado finalmente por el veterano Gary Cooper, cuya carrera se encontraba en un momento bajo, hasta el punto de estar considerado como acabado dentro de la industria. Cooper tenía contada experiencia, arrugas y una lacerante úlcera que le permitió interpretar con la sobriedad y la desesperación necesaria al que es con toda seguridad el primer sheriff desmitificado de la historia del wéstern. Kane es un hombre con principios, acaba de casarse y está a punto de dejar el cargo, pero sus principios (ideales) le impiden dejar el pueblo a merced de Frank Miller (Ian MacDonald) y su banda, el cual tiene una cuenta pendiente con él.

Aquí es donde uno de los elementos claves del guión de Foreman hace acto de presencia, el cómo un sheriff decide casarse con una joven, Amy (Grace Kelly), para olvidarse de la mujer en la que, se nos da a entender, que estuvo enamorado, Helena (Katy Jurado) y que a su vez estuvo relacionada con Miller. Todo apunta, a ser pues, un conflicto entre dos hombres por una mujer, a la que eventualmente ninguno de los dos pudo obtener. Así mismo, habría que destacar el cómo toda la población, por primera vez en una película del género, en vez de ponerse del lugar del héroe, opta por dejarlo de lado, mostrándonos por primera vez la vulnerabilidad del sheriff, que por antonomasia, había sido interpretado por John Wayne, como recto e inalterable por muy difícil que la situación se pusiera. Aquí Cooper, nos muestra la otra cara de la moneda, el desasosiego, la incertidumbre y la soledad de un hombre al que parece que está a punto de llegarle su hora, si no encuentra a alguien que le ayude. Nuevamente las palabras del personaje de Mitchell resuenan en la Iglesia: «Es mejor que te marches, Will. Tanto para ti como para nosotros.»Conspiración de silencio a contrarreloj.

Conspiración de silencio a contrarreloj

Ese es el aspecto que Kramer insistió en remarcar, el sonido de los relojes, y cómo las manecillas de los mismos se aproximaba a las 12:00, hora a la que llegaría el tren de Frank Miller y sus secuaces; es de esta hora, de donde procede también su título en inglés ‘High Noon’. De ahí también que la duración de la película sea de 80 minutos, precisamente para remarcar la sensación de desesperación que pesa sobre Kane. En realidad, ‘Solo ante el peligro’, más que un wéstern, es, a ojos de este redactor, un potente drama social, con contrapuntos de suspense, y que usa como excusa la estética wéstern para ocultar su intención denunciante.

El silencio es un elemento clave, en donde a pesar de que algunos personajes aprecian y valoran a Kane, no estarán dispuestos a jugarse el tipo por él, en donde además, también hay otros que no tienen ningún problema en demostrar su desprecio hacia su persona y ser favorables a Miller y compañía. Es por tanto, una conspiración del silencio, como la que acalló a la sociedad estadounidense en aquellos duros años del Macartismo, en el que nadie podía ayudar a quien era tachado de miembro del Partido Comunista, pasando a ser aislado y condenado a un estatus de paria social. Aquí Kane, vivirá esta experiencia por los suyos, donde solo la confianza y apoyo de su mujer Amy, una de las primeras mujeres aguerridas del cine, conseguirán que pueda hacer frente a la situación a encarar. Destacar también el personaje de Helena Rodríguez, interpretado por Jurado, que también representa un prototipo de mujer que no precisa de un hombre a su lado, añadiendo una consistencia todavía más moderna a su ya revolucionario planteamiento.

Además del gran guión de Foreman, que es todo un ejemplo de cómo ser visual y no explicativo, mencionar el excelente trabajo de la fotografía de Floyd Crosby, así como la banda sonora de Dimitri Tiomkin que consigue conferirle un aire melodramático al conjunto del film, sintiéndonos totalmente identificados con Kane y su circunstancia. La dirección de Zinnemman, por momentos casi de carácter modernista, y un efectivo montaje de ElmoWilliams y de Harry W. Gerstad, favorecen el rematar este film, como no unamás del oeste, sino como todo un film revolucionario que inyectó sustancia al género, cuyo carácter de denuncia no hace sino elevarlo a una madurez cinematográfica como nunca antes se había visto. ‘Solo ante el peligro’, favorecerá la progresión del wéstern con ejemplos de esa época como ‘Johnny Guitar’ (1954) o ‘Centauros del desierto’ (1956), obras de poderosa carga dramática, e ideológica, que no harán sino potenciar el género como nunca antes se había visto.

Overall
4.9
  • Fotografía
  • Montaje y Edición
  • Banda Sonora
  • Guion
  • Interpretación
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Anotaciones

Uno de los grandes clásicos que todo aficionado al mundo del cine debería, al menos una vez, disfrutar

1 comentario en “‘Solo ante el peligro’ (1952) | A buenas horas”

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