‘Secret City’, intriga australiana en las altas esferas

A pesar de que ‘Fringe‘ tuvo un tirón espectacular en Europa y toda Norte América, Anna Torv, su protagonista, ha pasado muy desapercibida desde que la serie acabase en 2013. A día de hoy y desde hace un tiempo podemos disfrutar en Netflix de la última serie que protagoniza. Un thriller político que tiene todos los ingredientes para no dejar a nadie indiferente. Un tipo de serie al que no estamos nada acostumbrados, y no por la trama, que ahora veremos no deja de ser común, sino por su forma de rodar y por la interacción de los personajes.

¿Qué debemos esperar de ‘Secret City’?

Todo, es una de esas series que te atrapan desde el primer momento, la trama es como hemos dicho algo corriente, pero está muy bien enlazada. Anna Torv da vida a una periodista incansable, Harriet Dunkley, sacada directamente de la vieja escuela, no retrocede ante nada, y gracias a esa personalidad conoceremos los entresijos políticos de Canberra en su lado más oscuro. Las intrigas políticas y el trabajo sucio de las agencias de inteligencia son la tónica cantante de esta serie. Aquí quizá nos perdamos un poco, porque una cosa es oír hablar de la CIA o del FBI y otro muy distinta es conocer las siglas de la inteligencia australiana o china, la cual está muy presente en toda la historia.

La historia es de rabiosa actualidad y su puesta en escena es algo que no has visto hasta ahora. Disfrutamos desde fríos paisajes arbolados, escenas en las que se puede sentir la bruma del amanecer y pasillos estériles del gobierno, unos pasillos que no rebosan  gente y vida como pasa en las series americanas, todo lo contrario. Son figuras solitarias las que vagan por ellas, y el contraste entre los que se encuentran en el poder y los funcionarios es un brutal golpe de realidad en cada conversación. La intriga, la mentira y sobre todo un afán incansable por el absoluto control rodean a los políticos que se presentan en la historia. En contraposición tenemos a Harriet y demás periodistas, los cuales son representados con colores cálidos, mucho desorden y ajetreo de papeles.

La idea para la serie fue tomada de dos novelas: “The Marmalade Files”, de Chris Uhlmann y “The Mandarin Code”, de Steve Lewis. y basándose en ellas  se ha creado una serie que habla sobre los enfrentamientos políticos dentro del mismo gobierno, las leyes restrictivas siempre alegando la protección del ciudadano así como el conflicto tibetano. Como puedes ver tiene de todo un poco, y si te llama la atención la política internacional es una gran forma de acercarse a ella con una óptica que aún no está quemada.

‘Secret City’ es de una intensidad envidiable, con solo seis capítulos abre miles de posibilidades para seguir con ella, y a pesar de estar pensada como miniserie, el éxito fue tan rotundo que una segunda temporada no tardará en llegar a nuestras pantallas. Que los personajes sean muy equilibrados y tengan un buen fondo de armario tiene mucho que ver con esto, ya que no solo contamos con la figura de Anna Torv, que está inmensa, pasando de una tranquilidad casi fría a una rabia contenida en solo un cambio de escena, sufriendo reveses uno tras otro y aguantando estoicamente, también disfrutamos del trabajo de Jacki Weaver como Catriona Bailey, uno de los pesos pesados del gobierno australiano y una de las encargadas de aportar más tensión a la serie, así como Damon Herriman en el papel de Kim Gordon, una agente de inteligencia en torno a la cual girará la trama y por tanto la investigación de nuestra protagonista.

Recapitulemos, debes verla porque…

  • Su protagonista no existía hasta ahora en ninguna otra serie.
  • La trama cuenta con grandes e inesperados giros.
  • Las relaciones entre personajes son profundas, complejas y muy humanas.
  • Expandes tu conocimiento en agencias gubernamentales y de seguridad.
  • Descubres la fría luz de Canberra y sus estáticos paisajes urbanos.
  • Disfrutas de un thriller intenso con más intriga de la que preveías.
  • Por fin viajas al otro lado del globo y lo vives desde dentro. Relaciones internacionales con otro carácter.
  • Echas un poco de menos ‘Fringe’, aunque su intro resuena en tu cabeza cada vez que ves a Torv.

 

 

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