‘Recuerdos de la Alhambra’, la ciudad mágica (2018)

‘Recuerdos de la Alhambra’ es la serie coreana más mágica que he visto hasta la fecha. Cualquier gamer que se precie queda enseguida enganchado a ella. La premisa es bestial, aunque el producto final es muy mejorable. El esfuerzo y riesgo que se corre al producir un K-drama de este tipo es ya motivo suficiente para darle una oportunidad. Aunque no es lo único que te hará quedarte. Ayudará tener a Hyun Bin y Park Shin-hye en pantalla dándolo todo.

Un desarrollador de vídeojuegos consigue crear lo que todos querríamos tener al alcance de nuestras manos. Una realidad aumentada que te permite con un simple pestañeo verte inmersa en otro mundo, mientras recorres las calles de una ciudad ya mágica de por sí. Yoo Jin-woo (Hyun Bin) viaja a la ciudad española de Granada para encontrarse con el inventor y probar el juego. Nada saldrá como espera y pronto se verá inmerso en la vida de Jung Hee-joo (Park Shin-hye).  la hermana mayor del chico que está a punto de revolucionar el mundo con su RA.

Pronto veremos cómo los gigantes de la industria luchan por hacerse con la llave maestra mientras buscan al chico que ha creado la que de seguro será la próxima revolución en el mundo de los vídeojuegos. Así comienza una lucha exacerbada y a contrarreloj que llevará a los dos CEOs de ambas empresas a jugar para ver las posibilidades del producto, aunque como toda versión beta, nada es perfecto.

Los encargados de contar esta historia son Hyun Bin que interpreta el papel de Yoo Jin Woo, directivo de J One Holdings y Park Shin Hye que da vida a Jung Hee Joo, la hermana del creador del vídeo juego. De su mano recorreremos la ciudad de la Alhambra y descubriremos cómo una idea revolucionaria puede cambiar nuestra realidad tal y como la conocemos.

‘Recuerdos de la Alhambra’ tiene, por supuesto, una historia de amor, pero sobre todo es un thriller con una historia de venganza, muertes repentinas y desapariciones en la que pronto nos vemos involucrados.

La primera parte de la serie está muy bien montada e hilada. La historia se desarrolla de forma gradual mientras se presenta a los personajes y sus motivaciones, pero cuando ya los conocemos y el foco de atención vuelve a estar en el vídeo juego en sí mismo, el caos se desata.

Es en esa segunda parte cuando los flashbacks empiezan a caer como llovidos del cielo, dejándonos tan desorientados que no sabremos, en más de una ocasión, cuando y donde estamos.

Dos mundos colapsan. La vida sin reparos de Yoo Jin Woo, con gastos por doquier y el conseguir lo que siempre quiere choca frontalmente con una vida de esfuerzos, horas de trabajo infinitas y la lucha por llegar a final de mes de Jung Hee Joo que trabaja como guía turística, como regente de un hostal e incluso como ayudante de luthier.

Del guion debemos destacar dos cosas. La primera es la siempre honesta aportación a la conversación que ofrece la más joven del reparto, la hermana de Jung Hee Joo. Una chica con los pies en la tierra, pero que no pierde esa inocencia claves para dar un toque de realidad y comicidad a la serie.

La segunda parte clave del guion se da en torno al vídeo juego, o mejor dicho a las cicatrices que este deja en los personajes. La desesperación por sobrevivir tanto dentro como fuera del juego nos deja frases como «No quiero morir, pero es terrible tener que matar».

El dramatismo de la serie se agudiza si nos paramos a respirar un poco. Es tal el ajetreo y el nivel de continuo movimiento en la serie que a veces nos cuesta parar y pensar en lo que estamos viendo.

Y merece la pena hacer esa pausa, pues las relaciones familiares y sociales nos dejan mucho de lo que hablar y de lo que extrapolar. Es raro por ejemplo que se utilice a una figura divorciada (por dos veces) como protagonista, y aquí se hace y además a este aspecto se le da una relevancia importante.

Vemos como la avaricia y la necesidad de atención hacen que los modales salgan por la ventana a través de algunos secundarios, y si algo no nos encaja es que no surjan más dudas ni sospechas en torno a la desaparición del hermano de Jung Hee Joo.

Ahí el guion hace aguas, además de que el paso del tiempo es innecesariamente largo y arrastra demasiado la historia, por no contar con el romance bastante forzado que se da entre los protagonistas. Y para terminar, dos perlas de la serie, pidiendo por supuesto siempre permiso a La Alhambra.

Las dos cosas que aportan un toque único a este K-drama son el Hostal Bonita, donde se desarrolla gran parte de la primera parte de la serie y la canción ‘Recuerdos de la Alhambra’. El hostal es increíble. El juego de cámara que permite sus escaleras es infinito. Vemos tanto picados como contrapicados que nos avisan, desde primera hora, de su importancia y nos dejan a su vez momentos clave de la serie. La banda sonora, por su parte, consigue transportarte a un mundo de fantasía y ensueño gracias al tema homónimo al que te instamos le des una oportunidad.

Aquí puedes escuchar el tema, del que quizá abusan un poco en la serie, pero que no por eso pierde su belleza e inmortalidad. A partir de ahora lo estarás tarareando incluso sin quererlo.

‘Recuerdos de la Alhambra’ es un K-drama poco convencional que no muchos han conseguido aceptar por lo que es, una pieza de ficción que arriesga y nos entrega una serie distinta, fantasiosa y muy entretenida que si bien va de más a menos debido a un guion que a veces se enreda mas de lo necesario es en su conjunto un trabajo lo suficientemente serio para ser tenido en consideración.

Tráiler de ‘Recuerdos de la Alhambra’

¿Pasa el corte?
Overall
3.3
  • Originalidad
  • Interpretaciones
  • Guion
  • Banda Sonora
  • Edición y montaje
  • Fotografía

Puntos fuertes

  • Las bellísimas localizaciones
  • Cómo tu imaginación vuela mientras la ves

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