‘P-Valley’, indiscutiblemente espectacular | Starz

Elarica Johnson es Autumn Night

Creada por Katori Hall (‘The Mountaintop’, ‘Tina: The Tina Turner Musical’), P-Valley se presenta como una de las revoluciones visuales y sociales del 2020. A veces las series te sorprenden, y de repente tienes la oportunidad de estar viendo una maravilla que bien podría haberte pasado de largo en este inmenso mundo que es el de las series.

Por suerte, eso no va a ocurrirnos a nosotras.

En el fondo del Delta del Mississippi, un áspero lugar para la existencia humana donde la belleza puede ser difícil de encontrar, se halla un oasis de arena y brillo. Este drama sureño cuenta la historia caleidoscópica de un «pequeño club de striptease que podría llegar a ser algo» y de los personajes que entran por sus puertas: los esperanzados, los perdidos, los rotos, los jugadores, los guapos y los condenados. La música trap y el cine negro se fusionan en esta lírica y atmosférica serie que se atreve a preguntar qué sucede cuando la gente de un pueblo pequeño sueña más allá de los límites marcados por los típicos supermercados Piggly Wiggly y la mítica casa de empeños.

‘P-Valley’ es ante todo una historia que merece ser contada y escuchada. Esta serie nos permite acercarnos a historias reales contadas con una perspectiva honesta, fiel y sobre todo respetuosa. Pone ante nuestros ojos historias y vivencias personales de las que muchos rehuyen ya sea por prejuicio o estigmatización social. Ciertamente nos cuesta verla, nuestra vida cómoda se encarga de que así sea.

Salir de nuestra imperfecta burbuja y empatizar y comprender cómo viven otros en el planeta no es sencillo por eso ‘P-Valley’, que te tira el guante, y reta, es justo lo que necesitas ver para, aunque sea un poco resquebrajar esa burbuja de cristal.

Una vez le has echado valor y recogido el guante ten encuentras frene a un microcosmos creado a base de necesidades básicas que son alcanzadas a través de desesperación, frustración, maltrato y una enorme dosis de trabajo y comunidad.

A pesar de ser continuamente observadas y lujuriadas, a nuestras protagonistas realmente nadie las ve. Son obviadas y dejadas de lado por el sistema que debería de protegerlas y crear oportunidades para ellas como ciudadanas.

Aún así, la enorme resilencia que muestran y el impresionante sentido de protección y familia que crean las unas con las otras dentro del club que les permite ganarse la vida pronto nos muestra que hay mucho más tras ellas.

El retrato social es así brutal. Se tratan todas las clases sociales y todas se muestran tal y como son, no se esconde nada. Exconvictos que buscan ganarse la vida esos pocos trabajos que ofrece la sociedad mientras habla a voces de reinserción, madres solteras sin recursos o estudios que quieren una vida mejor para sus hijos, o hijas que quieren valerse por sí mismas, demostrar que pueden alcanzar cualquier meta que se propongan, siendo libres de todo yugo estando orgullosas de sus logros.

Todas ellas viven o se encuentran aprendiendo a vivir sus vidas sin pedir permiso ni disculpas.

En ‘P-Valley’ ni la religión se salva de la corrupción, y por supuesto no hablemos ya de las fuerzas policiales, quienes miran hacía otro lado en todo momento, siempre y cuando se les pague acorde. Hay tiempo para la especulación y la corrupción política. Lo dicho, un retrato social tan real como la vida misma.

Todo esto envuelto en una cinematografía difícil de olvidar. Cualquier detalle en el que te pares a pensar está infinitamente cuidado. La serie es tan oscura como brillante, jamás el púrpura y los tonos rojos y azules habían dado tanto juego y habían creado semejante nivel de fantasía que hipnotiza y atrapa.

El guion hará las delicias de todo aquel que se atreva a ver la versión original, eso sí, preparaos un diccionario de argot bueno, vais a necesitarlo. Es rápido, audaz y refleja a la perfección la tierra en la que se planta este drama sureño.

Pero si hay dos cosas que destacar, por encima de todo lo demás son las interpretaciones y la banda sonora.

Nicco Annan como Uncle Clifford

Empecemos por la música. Desde la intro, la cual no podía ser más redonda, hasta las mezclas que el DJ pone para las bailarinas, encuentras solo temazos que aportan intensidad y ritmos frenéticos a todo el bullir dentro del club. Estamos deseando poder poner por aquí la intro, pero debemos esperar a que la serie se estrene para eso.

El elenco no es uno particularmente conocido, pero aquí comprobamos que no necesitas artistas mundialmente reconocidas para clavarlo en una serie. Entre el reparto destacan Brandee Evans como Mercedes, Nicco Annan quien interpreta a Uncle Clifford, uno de nuestros personajes favoritos, Shannon Thornton se encarga de dar vida a Miss Mississippi, Elarica Johnson es Autumn Night, Skyler Joy como Gidget, J. Alphonse Nicholson es Lil’ Murda, Parker Sawyers interpreta el papel de Andre, Harriet D. Foy dando vida al Pastor Woodbine, Tyler Lepley como Diamond, y Dan J. Johnson como Tyler.

Y cómo no podía ser de otra manera, cada episodio está dirigido por una mujer: Karena Evans, Kimberly Peirce, Millicent Shelton, Tamra Davis, Geeta V. Patel, Tasha Smith, Sydney Freeland y Barbara Brown son las encargadas de dar vida y encuadre a ‘P-Valley’.

¿Quieres ver una serie cruda, honesta y majestuosa en todos sus aspectos? Solo tienes que esperar al día 12 de julio.

Tráiler

¿Pasa el corte?
Overall
4.3
  • Originalidad
  • Interpretaciones
  • Guion
  • Banda Sonora
  • Fotografía
  • Edición y montaje

Puntos fuertes

  • Una intro de las que quitan el hipo
  • No decae en ningún momento
  • No has visto nada igual, jamás

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