Taylor Swift es un icono. De eso nadie tiene dudas. A unos podrá gustarle poco, nada o incluso sentir indiferencia sobre su persona o aportaciones a nuestra existencia, pero la realidad es que la compositora y cantante muestra su verdadero yo y habla en voz alta y clara sobre temas que ya no pueden quedar silenciados.

Con una base de fans a lo largo del globo, difícil de contar por su amplio número, Taylor Swift siempre ha permanecido en el foco de atención, lleva más de 15 años en un negocio, el musical, que bien podría haberla arrollado y derrotado, pero que solo la ha hecho más fuerte con cada golpe. Ese foco de atención del que hablamos tiene una particularidad, ha sido siempre sobre sí misma, sobre su vida personal y privada o su música. Nunca antes habíamos podido disfrutar de sus inquietudes políticas y sociales, hasta ahora.

‘Miss Americana’ de la mano de Lana Wilson nos permite, con un documental de hora y media, que puedes ver en Netflix, descubrir el verdadero yo de uno de los grandes iconos de los últimos 30 años.

Los minutos vuelan. Conseguimos entrar en el círculo más íntimo de Taylor Swift y este nos atrapa y deja encantados. Hemos crecido con ella, sabes todas sus canciones y ahora por fin puedes ver cómo esos temas que te han acompañado durante década y media toman forma y dan respuesta a acontecimientos personales y sociales acaecidos en la vida de la compositora.

El proceso creativo es una de las partes más interesantes a lo largo del metraje. Vemos como todo el proceso de creación musical queda grabado ya sea en diarios o grabaciones de vídeo o audio, vemos el paso de las horas ya sea en solitario o con sus productores en las salas de grabación o en su hogar. Es indudable que la ética de trabajo de Taylor Swift tiene mucho que ver con su amplio desarrollo artístico.

El guion del documental nos ofrece la posibilidad de compaginar saltos de un escenario a otro, ver viejas grabaciones de la cantante cuando comenzó su andadura en Nashville, o viajar a estadios donde no cabe un alma más. En esas dos horas la acompañamos en ese ascenso sin parangón hasta lo más alto de la cima musical, y vemos de primera mano como su vida, su personalidad, se crean en torno a ese éxito.

Lo más interesante e importante que presenta ‘Miss Americana’ es la posibilidad que ofrece a la cantante de expresar y mostrar al mundo sus ideas políticas e inquietudes. Ya no existe esa Taylor Swift que siempre decía lo que se esperaba de ella. A sus treinta años, por fin, sabemos hasta donde está dispuesta a ir y a utilizar su fama.

El documental pone de relieve la importancia que para ella tiene lucha por un mundo más justo, un mundo donde el matrimonio entre parejas del mismo sexo es un derecho inalienable, donde el feminismo se lleva por bandera.

Estos son solo algunas de las ideas que vemos florecer fotograma a fotograma, pero lo vital es que la actriz muestra su aprendizaje. Taylor enseña a sus fans que lejos de ser perfecta hay un mundo de inseguridades a su alrededor. Habla de cómo día a día aprende a respetarse como individuo. Los pasos y decisiones que cada toma para hablar y hacer frente a fantasmas muy reales como desórdenes alimentarios, acoso sexual y la alta presión a la que se ve sometida interna y externamente.

Es sorprendentemente necesario porque pone de relieve ante una base de fans y curiosos de más de 126 millones de almas temas candentes de los que necesitamos hablar de forma pública.

Taylor Swift es música y tras este documental, mucho más.