Los señores Javier (Ambrossi y Calvo) han llegado con fuerza al mundo de la dirección; eso es indudable. Los comienzos con ‘Paquita Salas’ ya resultaron ser una muestra de lo que eran capaces de conseguir y de las risas que llegan a causar con sus obras.

‘La llamada’, su primer largometraje, nos cuenta las andanzas de dos adolescentes amantes del electro-latino que se encuentran en un campamento regido por monjas, y de cómo llegan a relacionarse entre ellas y con los demás. La llamada de Dios será el desencadenante de acontecimientos dispares… acontecimientos tan dispares que la comedia que impera en la breve filmografía como directores de ambos se encuentra sobrepasada, llegando al punto de estar más cerca del disparate que de la comedia graciosa y divertida.

La fuerza está, como no, en tres increíbles actrices que hacen las delicias de todos: Macarena García lleva un tiempo codeándose con los grandes, demostrando a su vez que lo es y que tiene una calidad interpretativa enorme. Anna Castillo tiene una más que merecida nominación al Goya por esta cinta y Belén Cuesta es una actriz como la copa de un pino, verdadero torrente de simpatía y gracia y otra apropiada nominación a un Goya. El 80% del tiempo de la película tiene en plano a una, dos o incluso tres de estas actrices. Normal.

El resto del tiempo es un sinsentido en ciertas escenas que carecen de ritmo y que a su vez intentan sostener toda esta narración con mini historias secundarias que podrían haber sido ahorradas. Las canciones pegadizas y el numerito a cuentagotas protagonizado por Dios son de lo más surrealista y, precisamente el del final de la película, es el mayor de ellos. No es negativo este punto; de hecho, en los inevitables momentos de flaqueza que un guion algo plano contiene, se agradece el paréntesis.

Es una película que nos transmite buen rollo y nos regala unos instantes divertidos, pero que no transmite nada más allá de ello. No obstante, ofrece un ejercicio novel por parte de los directores que hacen pensar que podemos estar ante una pareja que puede ofrecer mucho al cine español y que, probablemente, no tengan su única nominación este año.

En definitiva, no es que haya que rechazar la llamada, pero tampoco corras a coger el teléfono, que no es tan urgente.