Con ‘La boda de Rosa’ nos adentramos en la vida de Rosa (Candela Peña) o Rose como la llama cariñosamente su hermana Violeta (Nathalie Poza). Una mujer de cuarenta y tantos que dedica su vida a los demás, dejando a un lado la suya propia. Que tiene una familia muy cariñosa y unida, pero que la ahoga en favores, llamadas y recados sin pensar en las necesidades que ella pueda tener. Hasta que, un buen día, decide que no puede más y aprieta el botón nuclear.

¿Y qué es el botón nuclear? Pues nada más y nada menos que decir basta, que hasta aquí hemos llegado y que es hora de dedicarse tiempo a ella misma y a sus sueños. Que el tiempo pasa y es ahora o nunca.

Y lo hace a través de una boda, pero no una boda convencional con su novio y todo. Nada de eso. Una boda con ella misma, en la que declararse su amor propio, su compromiso por cuidarse y dedicarse tiempo. Y, lo más importante, no olvidarse de sus necesidades mientras cuida a los demás.

Una ceremonia llevada a cabo frente a sus hermanos Violeta y Armando (Sergi López), su padre Antonio (Ramón Barea), su hija Lidia (Paula Usero), su desconcertado novio Rafa (Xavo Giménez) y mucha más familia de la que esperaba recibir. Todo un acto de valentía y una declaración de intenciones.

La última película de Icíar Bollaín nos ofrece diálogos naturales y a una Candela Peña maravillosa, sin olvidar al resto del elenco. Y nos lleva de la risa al nudo en la garganta sin despeinarse, como la vida misma. Es una de estas películas que nos hace salir del cine con una sonrisa en la cara y, lo mejor de todo, salimos pensando si no deberíamos apretar también nosotros el botón nuclear y tomar el ejemplo de Rosa.

Tráiler

¿Pasa el corte?
Overall
3.8
  • Guion
  • Originalidad
  • Interpretaciones
  • Banda sonora
  • Edición y montaje

Lo mejor

La familia de Rosa puede resultar algo surrealista en ciertos momentos, aunque, para mí, son los más realistas.

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