‘Kidding’, el desnudo emocional de Jeff/Jim Carrey

Showtime y Movistar + han preestrenado ‘Kidding’, la nueva comedia dramática de Jim Carrey, dirigida por el cineasta Michel Gondry (el director de la excelente película ‘Olvídate de mí’). El actor canadiense-estadounidense regresa a la televisión con una serie que parece hecha a su medida. Supongo que para él este trabajo debe de haber sido el más triste, melancólico y difícil de su carrera. La historia se centra en Jeff (o Mr. Pickles), un icono de la televisión infantil que cuando su vida real empieza a tambalearse, el cuento que representa para el público se torna pesadilla. Verá como todo lo que hay a su alrededor se desmorona (un hombre bueno en un mundo cruel).

Los 30 minutos del episodio piloto, titulado de forma acertada “El verde significa arranca”, dejan con ganas de más. Lo interesante es lo que plantea, la dualidad entre sus dos yos (el ficticio y el real). Por un lado, tenemos a Mr. Pickles, una veterana estrella de la televisión infantil cuyo objetivo es sacar (con su bondad, risa, marionetas y canciones) la sonrisa a los más pequeños, para quienes en su ignorancia “el ídolo” nunca se rompe. Y por otro lado, tenemos a Jeff, el hombre detrás del personaje, inocente y bonachón, marido separado y padre de luto que psicológicamente no está muy bien. Bajo toda esa fachada risueña, se esconde un hombre roto que, como nos adelantan en los primeros minutos de la serie, ha perdido a su hijo (a través de los recuerdos transmitidos en flashbacks en forma de ráfagas intuimos este cruel dato). Tiene mucha ira y rabia acumulada, un miedo atroz a enfrentarse a la realidad, antes de plantarle cara prefiere huir (en una escena que no destriparé se ve claramente).

Hay una contraposición evidente en la disposición de los planos. Los luminosos aparecen cuando se trata de reflejar la ficción colorista del programa (con un aire a ‘Barrio Sésamo’ o a ‘Mister Rogers’ Neighborhood’), y se utilizan unos colores más fríos para las escenas de la realidad. Cuando Jeff ve en la tele su alter ego se siente otro, distinto a lo que realmente es (una especie de otredad). En el episodio 1, que trata sobre la muerte, el protagonista sugiere a los encargados del programa infantil un cambio en el contenido. Cree que no hace falta otro programa sobre colores porque como bien dice de manera poética: “Los niños saben que el cielo es azul, pero no qué hacer cuando se les cae encima”. Opina que los niños deben ir acostumbrándose a la vida, en la que no todo es de color de rosas. Los más pequeños deben saber, aunque no de una manera cruda, que todo el mundo tiene fecha de caducidad, a asumir que no somos eternos, que los de nuestro alrededor algún día faltarán. Esta postura de explicar las cosas tal y como son e ir de frente se opone a lo que él hace: mirar hacia otro lado cuando algo no le gusta, hacer ver que no ha existido aquello que ha sucedido. Se nota la mano de Gondry, que retoma asuntos recurrentes de su filmografía como el dolor en las relaciones, la pérdida o el sentido de la vida que paradójicamente podría no tener sentido.

La importancia de los colores está presente en todo el capítulo. Su pequeño apartamento tiene por ejemplo las paredes y el sofá verde. A la entrada, hay un pequeño cartel donde pone “Together Everyone Achieves More” (“Juntos conseguiremos más”), un lema que de nuevo seguramente haga conexión con su pasado, cuando estaba casado con su mujer y su hijo estaba vivo, esto es, cuando en su vida no había ningún gran trauma.

Lo que más me atrae de esta serie es el paralelismo que tiene con la realidad y la vida del propio Jim Carrey, que además de protagonizarla, también la produce. Recordemos que el actor, antes aparentemente vital y risueño, tras el suicidio de su exnovia, estuvo en silencio durante años, sumido en una profunda depresión. El año pasado en una alfombra roja manifestó su convicción de que no tiene sentido nada de esto, manifestando así su crisis existencial y negando incluso su existencia. En Netflix hay un estupendo documental llamado ‘Jim y Andy’ en el que se aborda temas como la comedia o la identidad.

Es pronto para saber si ‘Kidding’ será una gran serie, pero de momento confío en que poco a poco encontrará su camino y su tono, que se adivina más trágico que cómico, o quién sabe, quizás terminen abogando por un mensaje esperanzador.

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