Especial Sitges (I): ‘Oculus: El espejo del mal’ (Mike Flanagan, 2013)

En el especial Sitges A Contracorriente, la primera parada es ‘Oculus: El espejo del mal’, filme de terror de Mike Flanagan, especializado en este género. Se trata de su tercera película profesional y la primera que llega a salas españolas tras su paso por el Festival de Sitges.

Hace tiempo que un asesinato dejó huérfanos a dos niños. Las autoridades culparon al hermano, pero la hermana creció creyendo que el verdadero culpable había sido un antiguo espejo maldito. Ahora, completamente rehabilitado y con veinte años cumplidos, el hermano está listo para empezar de nuevo, pero la hermana está decidida a demostrar que fue el espejo lo que destrozó a su familia.

Basado en un cortometraje que realizó el propio director en 2006, ahora decide ahondar más en el misterio que envuelve ese aterrador espejo. Flanagan ya ha demostrado querer ofrecer un poco de aire fresco en un género donde la innovación no es algo muy habitual.

Como buen alumno aplicado, el cineasta recoge elementos de otros filmes de terror como ‘Muñeco diabólico’, ‘Christine’ o ‘La maldición’ para un relato que juega con esos elementos conocidos para provocar sustos en la butaca. Sin embargo, y esto es lo que hace original a la propuesta, el que Flanagan utilice la intriga y el misterio como punto inquietante más que el momento morboso de la sangre hace de ‘Oculus: El espejo del mal’ una propuesta inquietante y horriblemente angustiosa.

Cierto que se está ante un film que tiene cierto aire a serie B, cosa que le da encanto, pero el director le da una tonalidad fría que acerca esta propuesta al drama. Partida en dos, la película juega con el pasado y presente de los sucesos. Los traumas familiares, la tragedia personal y la huella que deja son los factores con los que Flanagan juega. Cierto que ese espejo da un miedo que se ha visto en otras películas de terror con anterioridad. Pero también es verdad que la película no busca tanto el factor miedo sino el de la angustia, que se incrementa gracias a los giros entre pasado y presente que le dan al espectador agobio ante la confusión de no saber cuál de los dos relatos es.

Sin embargo, no se puede decir que se esté ante un film vanguardista y excepcional. Se alaba ese toque de frescura pero ‘Oculus: El espejo del mal’ no está al mismo nivel que ‘Expediente Warren’ o ‘Babadook, que sí tuvieron mayor apoyo. El director y guionista no se introduce de lleno en la psique de sus dos protagonistas, dejando a sus personajes expuestos de forma irregular, algunos momentos romper la coherencia narrativa que se inicia en la presentación del espejo maldito. También es cierto que su duración llega a ser excesiva no sólo por las casi dos horas que dura sino porque tiene un aura tan agobiante que debe ponerse en pequeñas dosis.

‘Oculus: El espejo del mal’ es un buen calentamiento para Flanagan, que podrá demostrar sus cualidades en el género del terror próximamente con el remake de ‘Sé lo que hicisteis el último verano’. Una gama de sobresaltos que no llega a asustar pero tampoco roza el aburrimiento.

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