‘Encontré al diablo’ (Kim Jee-woon, 2010) | A Buenas Horas

En ‘Encontré al diablo’ Kyung-chul (Choi Min-sik) es un psicópata peligroso que mata por placer. Ha cometido asesinatos en serie infernales con unos métodos diabólicos difíciles de imaginar. Sus víctimas son desde chicas jóvenes hasta niños. La policía lleva tiempo tras su rastro sin lograr capturarlo. Un día, su presa es Ju-yeon, la hija de un jefe de policía retirado, cuyo cadáver es hallado en un estado espantoso. El prometido de la chica, Soo-hyun (Lee Byung-Hun), un agente secreto, se propone dar personalmente con el asesino. Jura hacer todo lo que esté en su mano para vengarse del criminal, aún si eso conlleva que él mismo se convierta en un asesino monstruoso e inhumano.

Nadie como los coreanos para hacer thrillers y dejarte con el corazón en un puño. Brutal es el vocablo perfecto para englobar el conjunto de ‘Encontré al diablo’. Una cinta que se hace la pregunta ¿Nacen los monstruos o se crean? Y no pienses va a responderla por ti, quizá, si me apuras, te genere incluso más dudas de las que podías tener antes de empezar a verla. Como otras tantas veces, el cine coreano nos impacta con su cruda presentación de los hechos. No se obvia o deja escapar la maldad que hay dentro del ser humano, se planta en pantalla, y cuando no eres capaz de concebir más, te lo lanza a la cara y te dice rotundamente ‘siempre puede ser peor’, aquí lo tienes.

La pesadilla no ha hecho más que empezar, pero es una pesadilla que creemos cae del lado de la justicia divina. Es impresionante ver cómo esta cinta juega con nuestra moralidad, nuestra capacidad de procesar acciones horrendas y justificarlas cuando creemos que es ‘justo’ o ‘lo merecido’. En un abrir de ojos, ‘Encontré al diablo’ nos convierte en jueces que aplauden de forma activa que un ser humano deje de lado toda su humanidad para vengar a la persona que ama. Una venganza, con saña, con la misma cantidad de maldad y alevosía como la que nos ha arrancado el corazón a nosotros. Como espectadores no esperamos menos. Estamos del lado del ‘bueno’, y queremos justicia.

El Código de Hammurabi, y su justicia equitativa, es un conjunto de leyes de los más antiguos que se han encontrado, nos remonta a los albores del imperio babilónico y aún a día de hoy sigue dando juego y teniendo vigencia gracias al rompecabezas ético y moral que sigue proyectando a nivel social. Todos hemos escuchado alguna vez la frase: ‘ojo por ojo, diente por diente’, y sin pensar en sus profundas ramificaciones, hemos asentido afirmando la verdad tras sus palabras. Kim Jee-woon pone sobre la mesa este concepto y durante dos horas lo hace protagonista absoluto de la realidad que presenta.

'Le haré pagar por tu dolor'

Y así, nuestro protagonista es un verdugo que sin darnos cuenta blanqueamos y expiamos, porque pensamos nosotros seríamos capaces de lo mismo dadas las circunstancias, y esto es lo realmente brutal de ‘Encontré al diablo’, que te convierte en un monstruo y lo valida, bueno, tu lo haces, porque el director ya se encarga de mostrarte un amplio abanico de personajes que bucean en el mar de grises que para tí son de un blanco impecable. Todo esto genera un conjunto de situaciones extremadamente violentas que no paran de superarse en brutalidad y crueldad.

Con unas interpretaciones fuera de serie y con una puesta en escena cuidada sobre todo en el sonido, disfrutarás durante dos horas de una de las mejores películas que puedes ver dentro del género. Ni Lee Byung-Hun ni Choi Min-sik necesitan presentación o referencias, y aquí lo confirman. Son dos de los actores más sólidos que puedas encontrar en toda Corea. Se atreven con cualquier papel que les lancen, sin importar lo turbio que sea el guion y lo mucho que tengan que profundizar para adquirir emociones y sensaciones extremadamente grotescas y dañinas que luego mostrar en pantalla.

Pero es en el sonido, en su mezcla y edición, donde verdaderamente esta película despunta. Girar la cabeza o taparse los ojos son casi movimientos instintivos que realizarás mientras veas ‘Encontré al diablo’, pero quizá deberías practicar, antes de verla, a taparte los oídos, porque es a través de este sentido que la película deja huella. No sólo resuena el grito desconsolado de las víctimas o su último aliento. Escuchas el rasgarse de la piel mientras los cuchillos entran en los cuerpos de los personajes, escuchas la sangre brotar de las heridas y el sonido que no sabías hace la hoja de una guillotina al caer se queda en tu subconsciente para siempre.

Después de más de dos horas de metraje, ‘Encontré al diablo’ pasará a tu ‘Top Five’ y ya no lo dejará. Necesitarás prepararte mentalmente para verla, pero nunca te arrepentirás de hacerlo. La acción no deja de discurrir de forma frenética. No hay descanso emocional ninguno, aunque tampoco lo hay físico. Tu corazón se encontrará bombeando mucho más rápido de lo habitual y tu cerebro no parará de procesar toda la información que se nos lanza intentando adivinar qué es lo siguiente que vas a ver. Buena suerte con esta última parte, la necesitarás.

Tráiler de ‘Encontré al diablo’

¿Pasa el corte?
Overall
4.1
  • Guion
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Edición y montaje
  • Mezcla de sonido
  • Originalidad
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Puntos fuertes

  • Unas interpretaciones que te dejan marcada durante días
  • Mezcla de sonido impresionante, no será suficiente girar la cabeza en algunas escenas
  • Un guion de esos que resuenan en el fondo de tu mente por su brutalidad 

Otras cintas casi tan brutales como esta son:

‘El hombre sin pasado’ (Lee Jeong-beom, 2010)

‘V.I.P.’ (Park Hoon-jung, 2017)

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