El que fuere uno de los íconos del cine de acción de los últimos años parecía haber llegado al ocaso de su carrera después de su participación en ‘La jungla: un buen día para morir’. Bruce Willis cayó en una espiral de malas o escuetas interpretaciones en películas de muy dudosa calidad como ‘Vice’, ‘Mercancía peligrosa’ o ‘Desaparecido en Venice Beach’. Quien hubiera dicho que después de intentar sin mucho éxito consolidarse como director de referencia del género de terror, sería Eli Roth el que rescataría del abismo a John McClane.

No cometáis el error de presuponer que un título como ‘El justiciero’ protagonizado por Willis será otro sinfín de muertes, tiroteos y acción. Parece ser que Roth ha dejado de lado las mutilaciones y se ha atrevido con un atípico thriller de venganza tintado de pequeñas dosis de humor negro, cuyo resultado es por lo menos merecedor de ser visionado. Una película a la que se le puede reprochar algo más de consistencia en su línea argumental, menos vacíos en el desarrollo del mismo y más atrevimiento con esa acidez que muestra tímidamente, y no nos equivoquemos, Willis cumple con su papel pero como siempre sin nada merecedor de ser destacado.

‘Death Wish’ es un buen entretenimiento lejos de las típicas películas de venganza, no encontrarás en ella al superhombre capaz de acabar con cientos de atontados criminales para saciar su sed de justicia, sino un simple médico que sin quererlo se convierte en un ángel guardián. ‘El justiciero’ podría haber ofrecido mucho más, pero por lo menos entre su funcional simpleza se estrena en plena polémica sobre la tenencia de armas en los EE.UU., carece de la inteligencia como para profundizar en el tema pero algo se puede rescatar al respecto de su parco contenido.