El hombre del corazón de hierro y ‘Operación Anthropoid’ no solo comparten un más que parecido cartel promocional, sino que el núcleo de su historia es prácticamente el mismo. Tanto la francesa como la inglesa han logrado hacerse un hueco en la cartelera con apenas unos meses de diferencia, algo cuanto menos curioso para un público ávido de nuevas historias.

La historia es de sobra conocida aunque sea por su predecesora, de manera que la forma en la que está narrada pasa a ser su principal baza. La película no sólo muestra la parte en la que aquellos checos consiguen llegar a Praga con un claro objetivo, sino que en su comienzo aborda los comienzos del llamado “carnicero de Praga” mostrando cómo llega a ser ese líder nazi sin escrúpulos. La historia se adentra en el personaje, aunque se echa de menos algo más de profundidad teniendo en cuenta la importancia del mismo.

Sin duda la figura del General de las SS da para mucho, pero para aquellos que busquen mayor detalle tendrán que bucear en el catálogo de documentales. La película se interesa por él, pero también tiene en mente narrar la otra parte. Esa en la que la resistencia planifica el atentado y posterior huida, aunque nunca salga todo como une quisiera. De hecho ‘Operación Anthropoid’ desarrolla mucho más esta parte, con las dudas y las implicaciones personales de los implicados.

La película resulta un estimulante entretenimiento por su interesante desarrollo y su facilidad para meter al espectador en la historia, además de una correcta narración y el tirón que siempre tiene un argumento centrado en la II Guerra Mundial. Los papeles principales recaen sobre los muy conocidos Clarke y Pike, que a pesar de centrarse en sus personajes no logran imprimir carácter. Posiblemente la película no esté hecha para hacer brillar a su reparto, y no aprovecharlo más es algo en su debe.

‘El hombre del corazón de hierro’ no destaca ser original ni desde el punto de vista de su argumento ni por la forma en la que está dirigida (Jimenez tiene bastante que pulir aún), pero al final sabe lo que hace y eso se nota en su factura final.