Crítica de ‘Stay Alive’ (2006, William Brent Bell)

Título original: Stay Alive.

Año: 2006 (Estados Unidos)

Duración: 94 min.

Director: William Brent Bell.

Guión: William Brent Bell & Matthew Peterman.

Fotografía: Alejandro Martínez.

Música: John Frizzell y Tyler Bates.

Género: Terror.

Sinopsis: Un grupo de adolescentes de Nueva Orleans pasa sus ratos libres jugando a un videojuego online de terror. Sin embargo, pronto descubrirán que si su personaje del juego muere, ellos también mueren en la vida real…

Crítica de ‘STAY ALIVE’

por Juan Pedro Rubio

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«Hora de apagar la consola»

    El cine y los videojuegos, campos del entretenimiento audiovisual más moderno, depurado y extendido, han estado muchas veces interrelacionados entre sí, comúnmente a través del acercamiento de una de ambas vertientes al territorio de la otra en forma de adaptación y por lo general con muy malos resultados finales. No faltan casos de escaso o nulo aprovechamiento de una licencia representados en mediocres títulos de videoconsola o prescindibles films meramente comerciales que no hacen ningún bien a la saga en cuestión. Si bien no todo el panorama es tan malo como se pinta en estos cruces de estilo, más de un director los ha empleado como inmerecido a la par que deplorable trampolín de fama (véase la filmografía completa de Uwe Boll), lo que no quita que las buenas ideas sigan siendo bienvenidas por la mayoría del público en general y por los autodenominados gamers en particular. De este modo la más emocionante expectación nace cuando se presenta un proyecto cinematográfico que se nutre de los videojuegos manteniendo inédita su, en apariencia, explosiva propuesta.

    «Si mueres en el juego, mueres en la vida real». Con este atractivo y ante todo original planteamiento no es difícil imaginar que el resultado final debería, como mínimo para colmar las inevitablemente elevadas expectativas, cumplir con un nivel entre el exigible aceptable y el deseado notable. No obstante lo que se ofrece es, en analogía a la temática protagonista, poco más que una versión beta de lo que tendría que ser un producto de primera calidad. En lo argumental flojo y demasiado abierto a la imaginación, en lo interpretativo poco más que agradable con concesiones bastante amplias y en su conjunto plano, simple y arisco, en clara contraposición a los aciertos que se derivaban de su singular planteamiento, desaprovechado hasta el punto de que el propio videojuego, supuesto eje del film, ve reducido su protagonismo hasta ser paupérrimamente anecdótico. Se salvan de la quema la refrescante estética artificial de los gráficos generados por ordenador en las escenas a través de la pantalla del ordenador y que el desarrollo no llega a volverse del todo aburrido en ciertos momentos.

    Con todo lo ya expuesto nos queda que ‘Stay Alive’, ópera prima del tristemente nunca demasiado acertado William Brent Bell, es un ejercicio de excelente inspiración y deplorable ejecución. Tan sólo al cruzar la difusa frontera inicial entre las buenas ideas de partida y las trilladas situaciones mil veces manidas y repetidas en el género conseguirá el espectador darse cuenta de que al otro lado del llamativo envoltorio de vivos colores se esconde otra vez el mismo regalo que han presentado con anterioridad todos los demás asistentes a la fiesta. En manos de cada uno queda el rechazarlo y lanzarlo al montón o, por el contrario, esbozar una falsa sonrisa y tratar de disfrutar de la supuesta sorpresa una vez más.

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