Crítica de ‘Veneciafrenia’ (Álex de la Iglesia, 2021) | Sitges

En la naturaleza existe vínculo indisoluble entre la belleza y la muerte. El ser humano, deudor de su entorno, imita lo que observa. Como mosquitos atraídos por el faro más brillante, los turistas están apagando la luz de la ciudad más hermosa del planeta. La agonía de las últimas décadas ha desatado la ira entre los venecianos. Para frenar la invasión, algunos se han organizado, dando rienda suelta a su instinto de supervivencia. Nuestros protagonistas, un sencillo grupo de turistas españoles, viajan a Venecia con la intención de divertirse, ajenos a los problemas que les rodean. Allí se verán obligados a luchar por salvar sus propias vidas.

Con Alex de la Iglesia es muy complicado salir de una sala de cine como si nada. Ese es un poco el cometido del arte, ¿no?, despertar emociones y otro sinfín de sensaciones en uno cuando se está disfrutando del mismo. El imaginario del director bilbaíno parece ser una fuente inagotable de ideas que nos sumergen en magníficas historias con tintes humorísticos, críticos y en multitud de ocasiones disfrazando de casi inadvertidos detalles grandes homenajes.

El terror y lo fantástico inunda casi la totalidad de sus títulos sumergiendo al espectador en la mayoría de ocasiones en una desenfrenada fiesta de elementos muy distintivos dentro de la escena cinematográfica española. Sin ir muy lejos ‘El día de la bestia’ del 95 bien se puede entender como un antes y un después en las taquillas de cine del país.

‘Veneciafrenia’ y la (sin)razón de la hostilidad.

La masificación turística sirve como línea de salida para el vertiginoso viaje que es ‘Veneciafrenia’. En una Venecia cada vez más destrozada por la ingente cantidad de turistas que, literalmente, la inundan diariamente, unos cuantos ciudadanos hartos de ir viendo como la maravillosa belleza que envuelve su ciudad se va deteriorando deciden tomar cartas en el asunto de la forma más salvaje posible. Es aquí donde comienza realmente dicho viaje, con los cinco amigos de turno que van a la capital de Véneto a disfrutar de unos días de vacaciones. Comienzo que recuerda a multitud de películas slasher o de terror en general, véase ‘Hostel’ por poner un ejemplo, en las cuales el idílico, teóricamente, destino termina siendo un auténtico infierno.

‘Veneciafrenia’ es pues un slasher derivado al estilo moderno que se presenta al espectador de una manera bárbara, como llamada de atención para el resto del metraje. Ese ritmo narrativo ágil que Alex de la Iglesia suele mantener en sus obras sirve también para alimentar la idea de que sea una cinta de terror al más puro estilo del género, aunque bien es cierto que ‘Veneciafrenia’ se encuentra más en ese apartado de suspense que en el terror, a pesar de que la línea que separe ambos géneros sea en ocasiones tan delgada.

Fotograma de ‘Veneciafrenia’

Menudo grupo.

En el elenco de personajes que hacen posible ‘Veneciafrenia’ encontramos una razón más que de peso para querer formar parte del viaje. Ingrid García Jonsson se muestra espectacular en los amplios aspectos que debe mostrar tanto física como emocionalmente. Su trabajo frente a la cámara atrapa y divierte, erigiéndose como el pilar en el cual el resto de interpretaciones se apoyan generando un conjunto final muy sólido.

Así entre los amigos están Berto Bang con su divertidísimo papel y ese, permítaseme, «puto viaje» tan bien dicho en tan buen momento. Es la nota distendida de la cinta, y aún así, cuando debe cambiar su tono jovial por uno diametralmente opuesto, bañado de miedo y desesperación, nos lo seguimos creyendo. Silvia Alonso y Goize Blanco resultan refrescantes con sus comentarios y la muestra de angustia por la que pasan en momentos del film se transmite al público perfectamente, el guion es fluido, ácido y por momentos hilarante, y ellas con una naturalidad desbordante le dan vida a unos personajes frescos en una situación que ninguno de nosotros querríamos vivir. La primera se mantiene divertida pero a medida que los nervios avanzan su semblante cambia; Goize se encuentra más que notable en todo momento regalando además un instante interpretativo de angustia de manual. Nicolás Illoro es el quinto amigo del grupo y su interpretación se suma a la riqueza del grupo, porque cuando te dan ganas de agarrar por el cuello a un personaje, sabes que el actor lo está clavando.

Cosimo Fusco es un actor como la copa de un pino, y ya nos dejó boquiabiertos en ‘30 monedas‘, no estamos descubriendo nada nuevo. Pero en este segundo trabajo con Álex de la Iglesia el italiano se supera bordando la difícil tarea de encarnar a un personaje tras una máscara, haciéndose a sí mismo creyente de que la máscara que tapa su identidad es lo que se la confiere. Imaginemos la doble dificultad de dos personajes tan parecidos y diferentes a la vez, veamos su actuación y aplaudamos.

Que bello viaje.

La diversión en sus trabajos es otro de los aspectos del cine de Alex de la Iglesia que siempre se puede destacar. No hay película que salga de él en el que los comentarios divertidos no formen parte de su guion y en el que no haya momentos que hagan soltar una carcajada incluso en situaciones en las que lo lógico sería que no fuese así. En ‘Veneciafrenia’, obra coescrita junto a Jorge Guerricaechevarría, tenemos un guion ácido y gamberro que se mezcla con situaciones que no hacen más que conseguir la risa en el público.

Así pues, la originalidad de la primera película en formar parte del sello The Fear Collection es de una diversión amplísima y con los tintes de terror y sangre perfectos. Venecia es un escenario riquísimo para mostrar al público las localizaciones idílicas que confieran agobio y nervios y, si encima, su fotografía está tratada con tanto cariño como lo ha hecho Pablo Rosso para la película no se puede más que aplaudir. Musicalmente hablando Roque Baños crea un espectáculo maravilloso que suma en todos los instantes del film. ‘Veneciafrenia’ no sería tan atractiva y atrayente sin su banda sonora, que te mantiene en vilo y te acompaña en un viaje de sangre de manera sutil y a la par, vital.

Cartel de 'Veneciafrenia'
Cartel de ‘Veneciafrenia’

Por lo que…

En definitiva, ‘Veneciafrenia’ es una película de género con un toque crítico muy interesante, de veloz ritmo y con muchísimos elementos clásicos de Álex que la convierten en un ‘must see’, otro más, si, del director y del cine español. Tanto si eres fan del género o del director, como si no encontrarás en ‘Veneciafrenia’ una idea de clásico slasher llevada a mucho más que el mero entretenimiento, dejando mensaje y reflexión. Genial, Alex.

Teaser tráiler de ‘Veneciafrenia’.

¿Nos encanta?
Overall
4.1
  • Originalidad
  • Fotografía
  • Montaje y edición
  • Música
  • Guion
  • Interpretaciones
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User Review
5 (1 vote)

A destacar

  • La música de Roque Baños. Espectacular.
  • Cosimo Fusco es un talento interpretativo enorme. Su actuación es sobresaliente.
  • El gamberrismo del guion y esa gracia en las situaciones que menos deberían tenerlas.

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1 comentario en “Crítica de ‘Veneciafrenia’ (Álex de la Iglesia, 2021) | Sitges”

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