Crítica de ‘The Salvation’ (2014, Kristian Levring)

Cartel de The Salvation

Título original: The Salvation

Año: 2015 (Dinamarca)

Duración: 92 min.

Director: Kristian Levring

Reparto: Mads Mikkelsen, Eva Green, Jeffrey Dean Morgan, Michael Raymond-James,Sivan Raphaely, Douglas Henshall, Mikael Persbrandt, Jonathan Pryce, Eric Cantona, Alexander Arnold, Nanna Øland Fabricius, Toke Lars Bjarke

Guion: Anders Thomas Jensen, Kristian Levring

Fotografía: Jens Schlosser

Música: Kasper Winding

Género: Drama.

Sinopsis: Estados Unidos. 1870. Al matar al hombre que asesinó a toda su familia, John despierta la furia del cabecilla Delarue. El apacible pionero ya no cuenta con el apoyo de los habitantes cobardes y corruptos del pueblo, tendrá que buscar al criminal por su cuenta. ¿Será capaz de devolver al pueblo su alma?

Crítica de ‘The Salvation

por Lourdes Lulu Lou

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«Yo soy la justicia»

¿Cuántas muertes desencadena una muerte?, ¿demasiadas para cansar?, o ¿mantiene la tensión constante y al límite sin perder un ápice?
Venganza genera venganza, que llevará a más de lo mismo, un tiro al blanco ejecutado cual noria incesante sin excusa ni freno, un diente por diente de consecuencias incontrolables que irá arrasando allá por donde vaya.
Espléndida fotografía, de hermosos contrastes claros y oscuros, para una árida tierra de vastos paisajes, sol ardiente e invasora arena que esconde los peligros y cobardía de un aislamiento e incomunicación, ideal para el triunfo del forajido y su deleznable mal.
La ley del más fuerte, avispado y listo que posee un retrato romántico, apasionado y melancólico de un tiempo donde imperaba la justicia del oeste, esa donde quien dispara primero gana, y quien observa pero calla, sobrevive a duras penas.
“¿Qué vas a hacer? No puedes hacer nada”, hecho puntero que desencadena toda la tragedia, inicio portentoso y demoledor que marcará la pauta que seguirá toda la historia, un devenir de certeros tiros, de caza al presunto asesino, de revancha, tras abuso y más castigo que no da suspiro ni tregua.
“No empieces una pelea que sabes que vas a perder”, sólo que es obligada conducta de quien se ve forzado a ello pues, nada tiene que perder y si una última cosa que hacer; una única acción hay en este seco western, de pocas palabras y firmes pasos, matar, matar y matar hasta que no quede nadie ya que, como dice la famosa sentencia, aquí, visto lo visto, hasta el apuntador muere.
Un argumento humilde, conocido, situado en una seductora y agresiva época, miradas hirientes y penetrantes reflejo de ese dolor que se captura al instante y prescinde de explicaciones, fijeza en esos estáticos rostros en los cuales se obsesiona una cámara en posesión de ese ojo directo, que no vacila y toma cartas en el asunto, Kristian Levring como porteador de un relato de barbarie consentida, de quien mira de lejos y silencia hacia dentro, mientras otros ejecutan esa justicia que cada uno se toma de la mano; eclipsa, atrapa y logra tu atención plena, no busca diálogos de relleno, figuras dóciles de entretenimiento, únicamente ese francotirador que sentencie lo que es sabido por todos.
“A veces tienes que sacrificar una oveja para salvar al rebaño”, y así se procede, absorción de sacrificio tras sacrificio para un rebaño podrido en su base, que soporta el mal en sus carnes, incapaz de colaborar para que reine el bien, pero dispuesto a aprovechar la ganancia de ese osado valiente que se atreve a enfrentarse al diablo; el espectador también sale beneficiado, contento y complacido de un espectáculo tirante, honesto y llano que va al centro de la cuestión, sin preguntas ni rodeos.
La desesperación en tonos fúnebres, la rabia incontrolada en nocturno apagado, la belleza del amarillo reluciente para un despertar que muestra la catástrofe sufrida, la imagen comenta lo que no atestiguan los personajes, esa ruindad de corazón que ataca y, peor, no remata y permite comprobar la indecencia del rastro dejado.
Producción nórdica, elegante, austera e intratable, con un gélido Mads Mikkelsen a la cabeza de este duelo de pistoleros, magnífico representante de ese involuntario ajuste de cuentas que ya no tendrá vuelta; áspera representación que motiva su visión al tiempo que desencadena las emociones que los personajes tanto esconden y evitan, un “Sin perdón” de buena altura -con todo el respeto para la mencionada- cuya salvación parece quedar cada vez más lejos.
Seguirás sus pasos, no perderás ojo de su observación, la cuestión sobre su límite sin fin surgirá al tiempo que irá aumentando la lista de fallecidos y, llegado su desenlace, allí estarás, tan pendiente y fijo, nublado y absorto como al principio, ahora disfrutando del proceso y de su irremediable estación, de punto sin aparte.
Serenidad entrecortada que encumbra cada fotograma, polvorienta partida de ajedrez donde un anónimo alfil buscará, con honor y valentía, ese jaque mate a un rey malicioso que abusa de su poder para imponer su provechosa voluntad; furia sin misterio, ejecutada con maestría, que captura el alma fría y desértica de quien es bautizado para limpiar la porquería.
Disfruta de este meritorio regreso a todo un clásico, sencillo, punzante, efectivo.

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  • 6.5/10
    Realización - 6.5/10
  • 7/10
    Fotografía - 7/10
  • 6.5/10
    Montaje y Edición - 6.5/10
  • 6.5/10
    Música - 6.5/10
  • 6/10
    Guión - 6/10
  • 6.5/10
    Interpretaciones - 6.5/10
6.5/10

Resumen

Lo mejor: Ese aire franco, amargo y podrido que lo invade todo.
Lo peor: No es original ni novedoso, lo cual puede no estimular…o todo lo contrario.

Tráiler de ‘The Salvation

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