‘The Interview’ (Evan Goldberg & Seth Rogen, 2014)

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Después del ataque informático que recibió la productora Sony por parte del Corea del Norte, fueron muchas las informaciones que se filtraron y pusieron en jaque a los implicados. Una de las razones que llevaron al país asiático a tomar tales decisiones, cuestionables hasta más no poder, fue el entonces inminente estreno de la película protagonizada por James Franco, ‘The Interview’, donde se hacía una satírica crítica que ironizaba y parodiaba al líder del país norcoreano, Kim Jong Un.

Las amenazas de tomar las armas para evitar el estreno se sucedieron, dándose por primera vez un ataque contra la libertad de expresión directo y firme. Las amenazas en un primer momento fueron tomadas muy en serio, y se cancelaron los estrenos, pero finalmente, la polémica cinta, consiguió ver la luz y se llegó a estrenar tanto en Estados Unidos como internacionalmente.

Pese a la controversia generada por el hackeo a Sony, ‘The Interview’ no deja de ser una película más de comedia, buscando el chiste fácil y el humor físico. A grandes rasgos hay que destacar que esta fórmula funciona bastante bien, ya que su cometido es el de entretener, y lo consigue. La película ha sabido sacar jugo a un tema que actualmente tiene su sentido, que es la situación vivida en el país norcoreano, por lo que los chistes y los disparates son muy actuales, lo que da frescura a la comedia, pero que aún así deja un regustillo a algo que ya se ha visto antes, por lo que no es un largometraje innovador, han regenerado lo ya realizado, pero llegando a lo ya visto, un déjà vu cinematográfico.

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La crítica a la sociedad estadounidense es otro de los ingredientes que consiguen hacer llevadera la película, una ironización visual sobre hacia donde está tirando la actual sociedad de masas, sobre todo fijándose en programas de entretenimiento un tanto ridículos o buscando las facetas de personajes públicos más amarillista, en ‘The Interview’ se muestra esta situación a la perfección.

La actuación de James Franco es lo más destacable del film, consigue que su Dave Skylark se convierta en la atracción principal de la película, algo a lo que sin duda, Franco ha conseguido sacarle partido, ya que ha utilizado el carisma y la personalidad dinámica y alocada del peculiar presentador a su favor. Muchos de los momentos claves del largometraje, además de momentos que mayor gracia provocan son protagonizados por su interpretación de Skylark. Franco demuestra que se mueve igual de bien en la comedia como en el drama o en el cine de acción. Totalmente polifacético.

Randall Park da una parodiada imagen de Kim Jong Un, pero no va más allá, es decir, se sabe que es el líder norcoreano porque se especifica, pero perfectamente podría ser otro personaje dictatorial. Un personaje demasiado impersonal, con falta de sustancia. Esto también ocurre con los personajes secundarios, que están simplemente para adornar la película, ningún peso especial en el film, únicamente temporales y circunstanciales.

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Su compañero en esta aventura ha sido Seth Rogen, tomando el segundo papel protagonista, el del un tanto torpe jefe de realización Aaron Rapaport. Pese a que Rogen hace un actuación bastante positiva no termina de convertirse en un papelón, pero no por Rogen, sino por la naturaleza que envuelve a su personaje, es la excusa que hace que brille el personaje de James Franco. Es todo demasiado plano, no únicamente respecto al personaje de Rapaport,  se puede ver perfectamente la proyección y el camino que toma la historia en todo momento, demasiado previsible.

Uno de los temas polémicos, lo que hizo famosa la cinta, era que abordaba la difícil situación que hay en Corea del Norte. Es verdad que el cine ácido sobre temas crudos es complicado, pero se han podido ver grandes comedias como ‘El gran dictador de Charles Chaplin sobre la situación alemana cuando estaba bajo el yugo nazi, o ‘¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú de Stanley Kubrick, ironizando la Guerra Fría, por lo que en este caso ‘The Interview’, es un ejemplo de una comedia que pasará sin pena ni gloria.

En conclusión, es una comedia que tuvo su momento por la gran polémica que desencadenó, pero para nada se convertirá en un antes y un después en este género, y mucho menos en la historia del cine. Será un film que con el tiempo se olvidará y no es merecedora de ser icono de la libertad de expresión, ya que hay filmes, directores, actores y guionistas que realmente son merecedores de serlo por la gravedad con la que se han enfrentado a la censura, en su espacio-tiempo particular. Un perfecto ejemplo visual de ‘mucho ruido y pocas nueces’.

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