Crítica de ‘Pan (Viaje a Nunca Jamás)’ (2015, Joe Wright)

Cartel de Pan

Título original: Pan

Año: 2015 (Estados Unidos)

Duración: 111 min.

Director: Joe Wright

Guión: Jason Fuchs

Música: John Powell

Fotografía: John Mathieson, Seamus McGarvey

Reparto: Levi Miller, Garrett Hedlund, Hugh Jackman, Rooney Mara, Amanda Seyfried,Adeel Akhtar, Nonso Anozie, Cara Delevingne, Kathy Burke, Jack Lowden, Jimmy Vee, Phill Martin, Ami Metcalf, Jack Charles

Género: Fantástico

Sinopsis: Peter, un chico rebelde de 12 años, ha pasado toda su vida en un sombrío orfanato de Londres. Durante una noche delirante, se ve transportado desde el orfanato a un mundo fantástico de piratas, guerreros y hadas llamado Nunca Jamás. Mientras vive extraordinarias aventuras, intenta descubrir por qué su madre lo abandonó en el orfanato después de nacer. En compañía de la guerrera Tigrilla y de su nuevo amigo el Capitán Garfio, Peter debe derrotar al implacable pirata Barbanegra para salvar el país de Nunca Jamás y descubrir su auténtico destino: convertirse en el héroe que será conocido para siempre con el nombre de Peter Pan.

Crítica de ‘Pan (Viaje a Nunca Jamás)

por Lourdes Lulu Lou

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«Experimento que no deja beneficio ni huella»

La historia es conocida, innecesario reseñarla; cine fantástico de aventuras para toda la familia, evidencia notoria que se palpa, por tanto ¿qué motiva, como novedad, el ir a verla?, ¿comprobar si mejora a sus múltiples versiones anteriores?
A menos que sean los niños quienes te empujen a la sala del cine, parece opción obvia saciar la curiosidad y, al tiempo, pasar un buen rato siempre que se pueda, si no desilusionan a una imaginación que se adelanta al visionado pues, el hecho de resultar familiar el terreno que se pisa hace que la inventiva de cada uno, que demanda complacencia y satisfacción, juzgue si la presentación de tan querido relato es digna de lo esperado.
Para esta ocasión nos vamos al principio de los principios, donde los enemigos del presente eran los mejores amigos de entonces, y donde todo parece estar revuelto y del revés, última moda de hacer apetecible y original lo ya narrado y visto, regreso a ese inocente comienzo donde todo era posible pues nada estaba decidido.
Algunos personajes siguen en su sitio, otros han sido cambiados, todo para darle emoción y picardía, atractivo ingenio que despierte el interés y mantenga el entusiasmo; el espíritu el mismo, su lema inalterable, creer es la fuerza que logra la victoria de la posibilidad nunca perdida, dudar el miedo que hace realidad los peores presagios.
En el fondo se trata de la magia de la ensoñación, de la fuerza y valor de un pensamiento optimista que no tiene freno, del coraje de llevarlo adelante, etc, etc, …, no voy a descubrir, a estas alturas, los secretos instructivos que oculta tan magnífica narrativa pero, ¿este desorden acoplado es interesante y válido, ¿apetecible en su seducción y provechoso en su resultado?
El inicio es curioso y preguntón, ese osado Oliver Twist que no para quieto y descubre el acceso al otro mundo, se mantiene el perfil de agrado y aceptación conforme avanza entre atropellos, piruetas, vueltas de tuerca y giros malabares para distraer al personal pero, la sensación de pérdida de gas, de inevitable desinfle surge al comprobar que rueda y rueda sobre misma noria sin mucha más que aportar que un Indiana Garfio, un superPan que no matiza su querencia por la edad infantil, mucho colorido escénico y ruido de acción conseguida que no compensa la exageración de las interpretaciones, y el revoltijo de querer innovar y asombrar cuando es un vintage aciago, más tradicional de lo que se piensa.
Como entretenimiento no mantiene las expectativas puestas en él, aunque tampoco aburre la verdad; quieres creer que vaya a resurgir de su torpeza argumental pero únicamente logra una media de aprobado pues, en el fondo, son personajes amados que no tienen la culpa del estropicio explicativo realizado con ellos; se suple dicha carencia con esa espectacular imagen brillante que desprende luz cegadora de elegante escenografía, la cual, con lamento, no desborda lo que debería por el triste acompañamiento de la interpretación y palabra dicha.
La aventura existe, el humor fragua, la infancia no se postula como afianzado líder, el revuelto caótico lidera la pantalla y se establece el reino de la falsificación, en un país de Nunca Jamás que jamás pensó verse en tal atropello; sigues las peripecias y andanzas de esta recreación con la motivación de mirar sin corazón ni anhelo, únicamente observar y comprobar la siguiente atracción puesta en marcha; nutre la vista, desfallece a la razón pues, el recuerdo de tan pequeña gran figura no deja de invadir a una mente que no estima el presente, simplemente pasa por él.
“¡Amigos hasta la muerte!”, me temo que no, y no es por ti, el cariño hacia tu figura sigue vigente, pero pasas de un apetitoso interrogante por ver qué crea y muestra Joe Wright, a un sentimiento extraño de mínimo contento, que da para aceptarla en ese momento y olvidarla al segundo.
Peter Pan sigue inamovible en la querida memoria, este Pan no cubre el hambre despertada, sólo calma el instante, efectivo para breve ojeo pero, por ahora ¡volvamos al clásico!

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  • 5/10
    Realización - 5/10
  • 6/10
    Fotografía - 6/10
  • 5.5/10
    Montaje y Edición - 5.5/10
  • 5.5/10
    Música - 5.5/10
  • 5/10
    Guión - 5/10
  • 6/10
    Interpretaciones - 6/10
5.5/10

Resumen

Lo mejor: la imagen, estilismo y colorido.
Lo peor: un guión que olvida perpetuar la infancia como postulado.

Tráiler de Pan (Viaje a Nunca Jamás)

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