‘Ninja Turtles’ (Jonathan Liebesman, 2014)

Ninja Turtles 1

‘Las Tortugas Ninja’ es uno de los símbolos de la década de los 80. Proveniente de un cómic publicado en 1984, pretendían darle un toque fresco y underground a la cultura pop de la época. Hecho a modo paródico pero también como homenaje a los cómics de Frank Miller, Kevin Eastmand y Peter Laird crearon unos superhéroes quelonios devoradores de pizza, en plena etapa adolescente y que, además, daban mamporros a diestro y siniestro. Liderados por una rata que ha sido el estricto y sabio mentor de las cuatro tortugas y con una intrépida periodista como amiga y colaboradora. Estos personajes fueron los más populares entre los 80 y 90 gracias a su exitosa serie de televisión.

No fue nada raro que semejante fenónemo tuviera una trilogía de películas más una de animación. Ahora que se está ante una época de reinicios de sagas, las ‘Tortugas Ninja’ no iban a ser menos. Paramount y Nickelodeon han sacado la propuesta más cara de la saga (se estiman unos 125 millones de dólares, sin contar gastos de publicidad) y también la más ambiciosa.

Ninja Turtles 2

‘Ninja Turtles’, sí, esta vez no se ha traducido el nombre, trae a las tortugas con un lavado completo de cara y múltiples cambios con el objetivo de atraer a una audiencia que desconoce lo que fueron en antaño, como de esos seguidores nostálgicos que querrán reencontrarse con estos mutantes reptiles. Para tal misión se ha elegido a Jonathan Liebesman. El sudafricano no es un novato en la dirección de blockbusters, ha firmado cintas como ‘La matanza de Texas: El origen’, ‘Invasión a la Tierra’ o ‘Ira de titanes’.

Ese destello de suburbio, de película palomitera con toques de serie B, como ‘Dick Tracy’ o la saga de Batman firmada por Tim Burton, propia de finales de los ochenta y principios de los noventa se ha perdido y darle un nuevo enfoque requiere de unos directores y guionistas con personalidad; cosa que no ocurre en este caso.

Y es que Liebesman es un alumno que aprovecha las influencias de otros directores semejantes. En el caso de ‘Ninja Turtles’, el realizador emula el estilo de Michael Bay. No es sorpresa, puesto que el propio Bay ejerce de productor en esta película. Y es que el cineasta sudafricano recoge los elementos más emblemáticos de las producciones de Bay: Acción desbordante, momentos pueriles, múltiples efectos especiales, una dosis fuerte de testosterona y una de sus musas, la exuberante Megan Fox.

Ninja Turtles 3

Sin embargo, el cine de Michael Bay es de sello propio, es lo que hace que una de sus producciones sea reconocible. Nadie se lo puede ni debe reprochar. Pero eso es el cine de Michael Bay, el que firma él, al que le da personalidad. ‘Ninja Turtles’ no contiene ni un ápice de renovación o aporte original para una saga que significó el avance de los aficionados y seguidores en la influencia de la industria cultural. La reminiscencia de la saga Transfomers es más que evidente, todo es percibido como un “ya visto”. Lo único salvable son sus épicas escenas llenas de efecto, pero eso solo no da para una película 101 minutos de metraje, se necesita algo más.

Pese a todo, el público le ha dado el beneplácito del éxito. Se ha confirmado una segunda parte, un ejemplo más de lo poco que importa la opinión especializada cuando las cifras cuadran. Si Michael Bay aparca a sus Transformers para dirigir la secuela, sería de agradecer. Al menos, les daría la personalidad necesaria a unas tortugas tan guerreras como arrabaleras y devolver algo de frescura a este clásico pop undreground.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *