Crítica de ‘La próxima vez apuntaré al corazón’
(2014, Cédric Anger)

Cartel de La próxima vez apuntaré al corazón

Título original: La prochaine fois je viserai le coeur

Año: 2014 (Francia)

Duración: 85 min.

Director: Cédric Anger

Reparto: Guillaume Canet, Ana Girardot, Jean-Yves Berteloot, Patrick Azam, Arnaud Henriet,Douglas Attal, Pierick Tournier, Alexandre Carrière…

Guion: Cédric Anger

Fotografía: Thomas Hardmeier

Música: Grégoire Hetzel

Género: Romance

Sinopsis: Durante varios meses entre 1978 y 1979, los habitantes de una tranquila comarca de la perifería de París vivieron aterrorizados por culpa de un maníaco que se dedicaba a asesinar muchachas. Sorprendentemente, el asesino escapa con suma facilidad de las redadas y las trampas que le tiende la policía.

Crítica de ‘La próxima vez apuntaré al corazón

por Lourdes Lulu Lou

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«Herida que asombra, pero que no remata con justicia»

Es un relato curioso, atrayente anécdota de un montaje peculiar a partir de ciertos hechos reales; no es el mejor psicópata de la historia, tiene sus cautivadoras manías pero es bastante torpe, harto dejado en sus funciones de matar, no planea, actúa por instintos pero incluso éstos le fallan a la hora de ser mortífero y letal; se fustiga como alivio de sus inclinaciones, se auto lesiona como agravante de sus deseos, incontrolados pensamientos y lujuria no aceptada que le convierten en un ser desgraciado que recurre a la violencia como descanso de sus frustraciones y penas.
Policía de guardia/asesino en su tiempo libre, no deslumbra la noticia, desde el primer minutos se ofrece la principal clave de la crónica, todo consiste en observar sus impericias y locuras y esperar su oportuno desenlace; posible error de planteamiento que elimina la fascinación del anonimato y ese fervor por descubrir quién es el que se oculta detrás de tanta atrocidad.
Entretiene correctamente la mayor parte del largometraje, percibiendo cierta caída de su interés conforme avanza hacia su resolución pues en realidad no hay patente y enérgica persecución, sólo tensa liviandad de aislados fotogramas; no existe juego agresivo de caza al ratón, ni sugestiva partida de ajedrez cuya estratagema te deje sin aliento, únicamente el deambular de un demente atrapado en cuerpo de sentimientos confusos que intenta mantener la compostura de ciudadano, pero a quien le puede la tentación del atormentado desequilibrado y frustradamente enajenado.
«La próxima vez apuntaré al corazón, no a las piernas», aunque no parece que vaya a tener mucho éxito en su intento, contados ineptos logros de quien es un desastre como homicida, como miembro de la sociedad extraño hombre que oculta grandes males en su alma; un magnífico Guillaume Canet a la cabeza de este singular monstruo, con una interpretación entregada, esforzada y sobradamente valorada que es mayor atractivo que el propio personaje en cuestión; el argumento expone trazos de lo que es una incógnita más profunda a desvelar, pero que tampoco se molesta en desarrollar o de pleno adentrar.
Retales de una noticia verídica sirven a Cédric Anger para recrear ligeramente lo que daba para guión más sólido y consistente; una vez asumida su elección de desarrollo y rodaje, la pasión del maníaco es comedida, su doble personalidad se captura gracias a la loable actuación de quien asume su representación; es tajante sin eclipsar como debiera, lenta al no saber expresar con maestría la relación entre el policía y el asesino, esconde muchas cartas que en lugar de motivar su visión, reducen el apetito por ella.
Fotografía nocturna y ardiente de quien está acorralado y abandonado a la suerte de su ida conciencia, banda sonora rotunda para una sinopsis que no aborda todas sus cartas con la contundencia y robustez de marcar huella para impactar y no lograr olvidar; “soy un asesino, y por tanto quiero matar”, queda claro desde su inicio, sólo que dicha confesión no es suficiente para explicar la marcada personalidad del lunático encubierto, se dejan indicios de su variada y cambiante persona, retorcido comportamiento, repentinas alucinaciones, cambios de humor, explosiones de ira, acceso de culpa, tendencia homosexual, dominio de sus vergüenzas y muchas cuestiones más, que se intuyen, pero no se inquieta en penetrar.
La cinta. sólo por su actor protagonista, ya vale la pena pero, una vez escogida para dedicarle tu atención y tiempo, es una lástima los muchos cabos sueltos que deja, y que perjudican claramente al recuerdo y valoración de la misma.
Thriller de ambientación poética, que deja alguna que otra joya perdida en su camino, escenas de naturalidad gratificante como uno de sus más poderosos alicientes, basado en un punzante hecho, llevado a cabo, que seguramente será más escabroso de lo aquí ofertado.
Cumple con su proyección y argucia, un encolerizado agresor que dejaba rastros incoherentes dado el impulso repentino de sus desbocados acechos, se capta y disfruta pero cierto deje, de revolución desacelerada hacia su final es realidad sentida, tanto como el mismo suceso narrado.
Y el asesino escribe cartas presumiendo de su destreza, y el repugnado policía las lee en alto en comisaría pero, son el mismo, tú ya lo sabes, adiós al misterio/hola a una tortura y mezquindad producto de una patente disociación de la identidad que no hace cumbre en todo su potencial, sólo calculados tanteos; consecuencia de ello es el retroceso funcional y efectivo de la partida.
Aún así, vale la pena su apuesta.

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  • 6/10
    Realización - 6/10
  • 6/10
    Fotografía - 6/10
  • 6/10
    Montaje y Edición - 6/10
  • 6/10
    Música - 6/10
  • 6.5/10
    Guión - 6.5/10
  • 5.5/10
    Interpretaciones - 5.5/10
6/10

Resumen

Lo mejor: Guillaume Canet; él y sólo él.
Lo peor: No abordar con rotundidad y firmeza todo lo que plantea.

Tráiler de ‘La próxima vez apuntaré al corazón

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