‘El sueño de Ellis’ (James Gray, 2013)

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El director James Gray ha conformado una carrera filmográfica parca pero interesante. Muy aplaudidas fueron sus últimas propuestas, ‘Two Lovers’ y ‘La noche es nuestra’. Ahora llega su última cinta, ‘El sueño de Ellis’, en la que el cineasta estadounidense retoma como tema central las relaciones personales.

Gray se adentra en un relato ambientado en los años 20, en el que se muestra la historia de Ewa, una inmigrante polaca que llega a Nueva York, junto con su hermana, huyendo de los horrores de la Primera Guerra Mundial. Pero la odisea de Ewa no acaba cuando llega a la tierra prometida. En el control de inmigración; su hermana Magda es retenida en la isla de Ellis, debido a que tiene indicios de padecer tuberculosis.

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El director ha construido un personaje principal, Ewa, que parece sacado de obras clásicas. Una mujer que debe sobrevivir a una huida de su país, a ver cómo su sueños se truncaban, en cómo ser convierte en una meretriz debido a que cae en las redes de un proxeneta, y todo lo padece con un sorprendente aplomo. Gray confecciona a una protagonista antigua, clásica, de las que apenas se ven actualmente en cines. Ewa es una heroína que parece una mezcla entre la Brunilda de Wagner, con la Carmen de Bizet o la Bess de Gershwin; con cierto tintes que recuerdan a la sufrida Margarita Gautier de ‘La dama de las camelias’ de Dumas hijo, como a la Sonia de ‘Crimen y castigo’ de Dostoyevski. No es casualidad que la música tenga fragmentos de obras de Puccini, Verdi o Ravel

Dicho lo cual, ‘El sueño de Ellis’ no pretende ser un fiel reflejo de la realidad histórica de los inmigrantes de los años 20; tampoco pretende ser una película de gánsters o espías. Quizás eso ha llevado a cierto número de espectadores a rechazarla. Es verdad que Gray lleva a su espalda unas obras bien realizadas e interesantes acerca del mundo suburbial y eso ha podido provocar unas expectativas erróneas para esta última propuesta. Sin embargo, el director demuestra ser ecléctico al realizar una obra de corte clásico, sin las pretensiones de las grandes producciones hollywoodienses y acercándose más al estilo elegante pero austero y lúgubre de las producciones de época británicas.

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Marion Cotillard encarna el papel de Ewa, esa heroína teatral. La actriz francesa era ideal para este papel, Cotillard desprende un aura de antigua estrella de cine clásico; con una mirada sugerente pero fría, da la sensación de estar ante una femme fatale redimida. Con estos elementos, la intérprete consigue moldear a un personaje que no se deja caer ante los obstáculos puestos, es ante todo una superviviente de la vida. El dramatismo contenido refuerza a la heroína, no es una víctima sino una guerrera. Joaquin Phoenix, una vez más, regala al espectador una actuación rica en matices. Él es Bruno Weiss, el proxeneta que cae rendido ante los encantos de Ewa. Phoenix ofrece una imagen compleja de Weiss que es una mezcla de villano arrepentido con un antihéroe improvisado. El tercero en discordia, Jeremy Renner, es Emil, el primo de Weiss, un seductor misterioso; no se sabe a ciencia cierta si es amor lo que siente por Ewa o simplemente una oportunidad para volver a humillar a su primo. El destino trágico de los primos da incluso más la sensación de estar ante una ópera no cantada.

Con una elegante fotografía y puesta en escena, un guion que recupera los cánones del drama de época. ‘El sueño de Ellis’ de James Gray es una propuesta que debe verse sin prejuicios, con una dosis recomendada de romanticismo, que no de cursilería. Un melodrama con tintes operísticos o de teatro clásico, que cumple estupendamente con su función.

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