‘El francotirador’ (Clint Eastwood, 2014)

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La última de las películas de los Oscar en ser analizada por la revista. ‘El francotirador’ de Clint Eastwood supone su reconciliación con la audiencia. Ganadora del Oscar a Mejores Efectos de Sonido, estaba nominada a otros cinco, entre ellos el de Mejor Película y Mejor Actor para Bradley Cooper. La película de Eastwood es también la película que más recaudación ha tenido de las ocho nominadas a Mejor Película en los Oscar de este año, por delante de producciones como ‘El gran Hotel Budapest’, ‘Boyhood’ o la ganadora ‘Birdman’.

‘El francotirador’ cuenta la historia de Chris Kyle, un texano que batió el récord de muertes como francotirador del ejército estadounidense. Kyle fue enviado a Iraq con la misión de proteger a sus compañeros. Su precisión milimétrica salvó a muchos de soldados en el campo de batalla, por lo que se ganó el apodo de “Leyenda”. Sin embargo, su fama llegó a oídos de sus enemigos. Se puso precio a su cabeza y se convirtió en objetivo prioritario de los insurgentes. En Iraq, Kyle participó en cuatro peligrosas misiones, aplicando el principal lema de los marines: “No dejar a ningún hombre atrás”.

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Las ideas políticas de Eastwood son sobradamente conocidas, con ‘El francotirador’ esas ideas se ven a leguas haciendo que el filme roce lo propagandístico o panfletario. Eso no convierte a esta producción es una de las más flojas propuestas de los Oscar de este año (obras maestras como ‘El acorazado Potemkin’ son catalogadas como propagandísticas pero, pese a ello, su calidad cinematográfica es irrebatible) sino su irregular recorrido durante un metraje que se vuelve excesivo.

El mensaje a favor de una guerra e invasión en pos de la defensa de la patria y el ensalzamiento del patriota o héroe nacional queda deslucido. La vida de Chris Kyle se torna rutinaria en medio de una guerra. Durante los primeros actos ya se ve cuál es su filosofía de vida, lo que le motiva a alistarse en el ejército. En los siguientes actos, ya en plena guerra, la historia se alarga demasiado. Ya se puede ver en los primeros momentos lo mucho que le duele no poder salvar a sus compañeros, su afán de no querer dejar a ningún hombre atrás, en su habilidad con el tiro, los traumas que le produce la guerra, lo malo que es guardarse los traumas y los daños colaterales que causa una guerra. Eso ya se puede ver en los primeros minutos de guerra, con lo cual, las siguientes misiones a Oriente Próximo se convierten en meras repeticiones de lo ya mostrado, provocando un deseo de que la película finalice lo antes posible.

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En la invasión de Iraq de Eastwood su visión es muy clara, hay malos malísimos que son los terroristas islámicos y hay buenos buenísimos que son los soldados estadounidenses. La ciudadanía iraquí es una simple marioneta que se vende al mejor postor, cuya vida al cineasta no le importa. El director de ‘Mystic River’ o ‘Cartas desde Iwo Jima’ insiste en que su filme es antibelicista pero, realmente, si su intención es ésa esta película resulta todavía más fallida de lo que ya es.

Lo que le salva a ‘El francotirador’ es la actuación de Bradley Cooper como Chris Kyle. El actor pretende mimetizarse en el atormentado soldado pero va más allá, le da esa aura de héroe nacional que ha provocado que arrase en taquilla (sin comentar que el destino trágico del Kyle real, en mitad del juicio de su asesino, intensificó el interés del público en Estados Unidos). Cierto que su actuación es estupenda, como también las escenas de lucha, pero eso no ayuda a que el filme sea una obra sobrevalorada del veterano realizador, que tiene en sus personajes secundarios meras comparsas. ‘El francotirador’ no es mala pero sí decepcionante, sobre todo por quien la firma, un director del que se espera mucho más.

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