’45 años’ (Andrew Haigh, 2015)

El gran Tennessee Williams dijo: “Viviendo con alguien que amas puedes sentir más soledad que viviendo completamente a solas… Si quien amas no te ama”. Andrew Haigh mostró inteligentemente cómo el amor más apasionado puede durar un suspiro en la excelente ‘Weekend’. Especializado en el cine (mal catalogado) gay, el realizador británico se reinventa con ‘45 años’, una obra maestra protagonizada por Charlotte Rampling y Tom Courtenay, Oso de Plata a ambos actores en la 65ª Berlinale, premio a la Mejor Actriz en la Seminci 2015 y Premio de Honor a Rampling en los Premios de Cine Europeo.

Geoffrey y Kate Mercer son un matrimonio que lleva junto 45 años. Durante todo este tiempo han pasado por todo tipo de pruebas, de experiencias, de vivencias. Un tiempo largo que tendrá un homenaje por una fecha tan señalada. Sin embargo, el idílico equilibrio conyugal se verá tambaleado por la llegada de una carta. En la misiva se comenta que ha aparecido el cadáver de Tania, el amor que marcó a Geoff antes de conocer a su esposa, en un glaciar de los Alpes en Suiza. Esto hará que el hombre tenga una regresión a aquellos tiempos, empieza a retomar malos hábitos como el de volver a fumar. Kate verá cómo, poco a poco, la estabilidad matrimonial se resquebraja.

¿Es posible llevar mucho tiempo con alguien y darse cuenta de que, realmente, es un desconocido? Un peligrosa duda que gira alrededor de la pareja. Un planteamiento que Haigh desarrolla hábilmente en este vetusto matrimonio. El realizador y también guionista configura una relación que se rompe cuando un fantasma del pasado reaparece. El personaje de Geoff cae en una nostalgia de la pasión que sólo vivió con esa amante fallecida. Una metáfora sobre los duelos sentimentales no superados, sobre la idealización de situaciones que sutilmente empiece a emerger dejando un abismo entre una pareja de más de cuatro décadas.

Tom Courtenay queda hechizado por dicha pasión. La infidelidad nunca había sido más etérea en una pareja. Tal persona ya no existe, es la imagen creada por él lo que perdura. Un aura que contamina y emponzoña una relación de años, en la que ya nada volverá a ser igual.

Y ahí está Charlotte Rampling, ofreciendo la interpretación más magistral de toda su carrera, con permiso de ‘El portero de noche’ y ‘Bajo la arena’. Courtenay inicia pero ella culmina. Su mirada, sus movimientos, sus expresiones son el descubrimiento de no saber con quién se ha estado durante tanto tiempo. El ahondar en campos ocultos tras todos esos años y darse cuenta de que el ser amado no ha sabido retribuir lo que se le ha dado. El saber que la confianza se ha roto, que todo ha cambiado. Y Rampling lo hace con su mirada: Frágil y desgarradora; dejando una de las escenas cinematográficas más tristes del panorama europeo.

Haigh podría considerarse un ávido y joven aprendiz de Bergman, su habilidad para mostrar las relaciones sentimentales acorde al tiempo actual y de hacer un excelente ejercicio de asertividad para saber crear un relato sobre una veterana pareja hacen de este realizador una de las figuras de las que habrá que estar pendiente en los últimos años. Un artesano del ejercicio de actores y de los detalles hacen de ‘45 años’ una de las mejores propuestas cinematográficas del año. Sutil, brillante y dolorosa experiencia que al acabar su sonata deja un sabor a hiel y desolación. Una obra maestra.

Valoración crítica de '45 años'
  • 10/10
    Interpretaciones - 10/10
  • 8/10
    Guion - 8/10
  • 9.5/10
    Realización - 9.5/10
  • 10/10
    Montaje y edición - 10/10
  • 9.5/10
    Fotografía - 9.5/10
  • 10/10
    Música - 10/10
9.5/10

Resumen

Lo mejor: Sus magníficas interpretaciones y esas dudas conyugales. Lo peor: No saber apreciarla

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