‘Capone’ (Josh Trank, 2021), Tom Hardy enseñando como hacer las cosas. | Filmin

Tras pasar 10 años en prisión, el gánster Al Capone, de 47 años, comienza a sufrir de demencia y su mente comienza a ser acosada por los recuerdos de su violento pasado.

Capone y la mafia.

La mafia en el mundo del cine es algo altamente atractivo. No por nada, pero los relatos que han recorrido y siguen recorriendo libros, series, películas y cuantas plataformas para ser contadas se nos ocurran han encontrado en los gangsters un auténtico sinfín de posibilidades para acercarnos anécdotas e historias que, en ocasiones basadas en la realidad, han encontrado por parte del público una aceptación en ocasiones abrumadora. Entre los más grandes estaba, quizás, Al Capone, quizás la persona que más provecho sacó de la denominada Ley Seca de los años 20 en EEUU.

Al Capone, el amo de Chicago, se llamaba en realidad Alphonse Gabriel Capone, originario de Brooklyn. Hijo de inmigrantes italianos, pronto el estilo de vida de gangster dio con él, y ya es de sobra conocida la historia de uno de los mayores de la historia, hasta que en 1932 acabó en una prisión de Atlanta y en el 34 en la famosa Alcatraz. ‘Capone’, sin embargo, se centra en el último año de vida del gángster, ya retirado en una propiedad de Palm Island, Miami, donde murió con 47 años.

El peso interpretativo.

‘Capone’ es muy poderosa en diversos aspectos: el último año de vida del protagonista estuvo marcado por una demencia y unos problemas de salud muy graves. Esta manera de mostrarlos es totalmente destacable, pero gracias sobre todo a Tom Hardy, el mayor baluarte para hacer que la película sea un aprobado total. Obviamente, siendo una especie de biopic es muy complicado no focalizar toda la atención en la interpretación principal, pero el actor londinense vuelve a mostrar, como ya ha hecho en diversas ocasiones, que quizás se le tenga menos en cuenta de lo que se debería.

Los pasos que su personaje sufre son interesantísimos: la muestra de una demencia que poco a poco va abriéndose paso, los flashbacks que le llevan a ver acciones pasadas o imaginarias con resquicios de esa violencia que antaño realizaba, y una decadencia física y mental que incluso se muestra en el habla. Escenas lo muestran aún con mayor crudeza y realidad, pero no las voy a desvelar por el respeto al spoiler. Junto a Tom Hardy siendo Al Capone, otro plausible ejercicio de interpretación es el de Linda Cardellini como Mae Capone, su mujer, quien recrea un trabajo de paciencia y amor impresionante hacia el gángster. Si ya nos dejó alucinando en ‘Green Book’, ahora no encontramos más que razones para continuar siguiéndole la pista.

Ritmo y tensión.

La fotografía es sencilla pero muy bien elegida. El cromatismo oscuro que envuelve esos momentos imaginativos de Capone contrarrestan con los colores importantes durante la estancia en la casa de Miami, o en el día a día de la misma, mientras que podemos ver escenarios abiertos que relajan la tensión narrativa cuando el propio Capone observa el lago y el bosque que tiene delante la casa. De hecho, este ritmo que acompaña la película hace que tengamos la tensión acumulada de lo que su vida tuvo que ser, pero también los problema en la mente del protagonista hacen que tengamos ciertos instantes en los que la tensión da lugar a un desconcierto que incita a necesitar respuesta sobre dónde colocarnos o que momento estamos viendo.

En definitiva, una película curiosa y con una mirada interna de Capone y acompañantes durante su último año de vida difícilmente vista con anterioridad. Muy cercada sobre lo que quiere contar y con un Tom Hardy que muestra una interpretación asombrosa y magnífica, lo que hacen de ‘Capone’ una película que, aunque no pase a la historia como el mejor biopic de la historia, sí que es divertida e interesante.

Tráiler de ‘Capone’.