Este viernes se estrena en cines ‘Bienvenidas a Brasil’, una de las películas destacables de la cartelera. Es una comedia francesa, al estilo americano, rodada en Brasil y dirigida por Patrick Mille (‘Mauvaise fille’). Cuenta la historia de tres amigas de la infancia y la hermana de una de ellas. Alison Wheeler es Agathe, una tímida profesora; Philippine Stindel interpreta a su hermana adolescente, muy agresiva; Margot Bancilhon a Chloé, la amiga alocada; y Vanessa Guide a Katia, la joven novia superficial y egocéntrica. El propio director se reserva un papel, M. Hervé, el cónsul francés en Río, un personaje disparatado, excéntrico y poco cuerdo.

Agathe, Lily y Chloé viajan a Río de Janeiro para la boda de Katia, pero una vez allí se verán perseguidas a través del Brasil rural, tras una fiesta desenfrenada, llena de alcohol y drogas, en la que un joven intenta violar a Lily, quien en defensa propia lo empuja por un balcón, provocándole la muerte. Presas del pánico, las tres chicas deciden coger el primer vuelo de vuelta a París, pero Katia llega al hotel en el momento “oportuno”, y les enseña una foto de su prometido, que no es otro que el joven que atacó a Lily. Una premisa impactante y atractiva, desde luego.

El principio del argumento recuerda a ‘Resacón en Las Vegas’, en versión femenina, pero rápidamente se torna en otra cosa, mucho más oscura e interesante. El director reconoce que se ha inspirado en ‘Very Bad Things’, protagonizada por Cameron Diaz y Christian Slater, una cinta que demuestra que una historia de asesinato es perfectamente compatible con la comedia. Mille también ha señalado que esta es una película feminista, donde las mujeres, que son heroínas fuertes, toman el poder, pero mostrando en todo momento su fragilidad, como las protagonistas de ‘Thelma y Louise’, ‘Erin Brockovich’ o ‘Kill Bill’, películas que le sirven de referentes a la hora de construir los personajes femeninos en esta película. También considera que ‘Bienvenidas a Brasil’ es una mezcla entre Quentin Tarantino y el director francés Philippe de Broca (sobre todo con el filme ‘El hombre de Río’), experto en hacer comedias populares de aventuras y burlescas con verdadero suspense.

El director comenta la verosimilitud de lo que vemos en pantalla, donde la historia encaja muy bien con Brasil, un país sexy, loco, complicado, increíble, festivo y peligroso. Como “no hay buena comedia sin drama”, a las situaciones siempre al borde del absurdo, en las que la intensidad dramática se desvanece rápido, añade momentos dramáticos, sobre todo, en la última parte de la película, con escenas serias y de rabiosa actualidad (aunque la mayoría son momentos absurdos y patéticos, en el buen sentido de la palabra).

A medida que avanza la película, se va volviendo aún más loca, y esto es una virtud. La trama se torna más caótica: diálogos ingeniosos (muy tarantinescos), ritmo vertiginoso, presencia deliberada de clichés, etc. Tiene de todo, de hecho puede entenderse como parodia de géneros como el mafioso o el romántico.

Respecto a la fotografía, la estética es similar a la de películas (de distinto género) como ‘Man on fire’, ‘Spring Breakers’ o ‘Enter the Void’, en cuanto a que la luz juega un papel fundamental en todas ellas. A modo de curiosidad, el director rodó en scope para destacar a las protagonistas, cuidando la composición cuando salían en pantalla. La escena inicial de la gran fiesta, que fue complicada, está filmada, en algunas partes, con cámara al hombro (da una sensación mucho más realista). La rodaron en una favela, Morro dos Prazeres, y para poder acceder a ella tuvieron que pedir permiso al jefe, quien acabó organizando una fiesta real con la gente de la favela.

En definitiva, en ‘Bienvenidas a Brasil’ se desprende la honestidad que tiene con el espectador, y eso como espectador se agradece. Es una película honesta, que no aspira a ser algo que no es. Sin alardes, logra ser una comedia divertida, disparatada, ligera, de acción e intriga policial, ideal para este verano.