‘Ares’, poder, violencia y elitismo en versión holandesa

Hacía mucho tiempo que una serie no me generaba sentimientos tan encontrados como ‘Ares’. La serie holandesa que puedes ver de corrido (si es que eres capaz) en Netflix es como poco compleja en su presentación.

No es tanto que la serie es difícil de entender porque su trama sea de una novedad pasmosa o porque las premisas no las hemos visto mil veces antes. Es más bien lo contrario, no presenta nada nuevo bajo el sol que no para de brillar en el mundo de las series.

De sociedades secretas estamos bastante puestos, tanto en cine como en literatura, y ‘Ares’ como sociedad no da miedo ninguno ni aporta nada nuevo creativamente hablando.


Se trata de una sociedad elitista que busca autoproteger a los que más tienen económicamente, cubriéndose las espaldas los unos a los otros mientras viven de fiesta en fiesta, tomando tantas drogas como les viene en gana y mostrando un completo desdén al mundo que les rodea. Para que nos hagamos una idea de la exuberancia que se muestra solo analizar mínimamente las imágenes que se presentan en el post para ver que algunas de las escenas se desarrollan dentro de una de las más importantes pinacotecas el mundo como es el Rijksmuseum.

Ese elitismo y lujo vuelve a presentarse de nuevo con los que se suponen tendrán que gobernar y llevar las riendas del país en años venideros. Se utiliza a jóvenes que ansían el poder por encima de todo para representar a una sociedad cada vez más decadente en este aspecto. Hay, eso sí, en ‘Ares‘ una fuerte crítica social reflejada en cada uno de sus personajes. Desde la protagonista que cambia radicalmente su forma de ser y pensar una vez se le presenta la oportunidad de aspirar a metas que previamente estaban fuera de su alcance por su estatus social, hasta el joven que teniéndolo busca huir de un mundo de egos frágil y peligroso gobernado por un ente que reside en el fondo de un pozo.

Las metáforas y las referencias mitológicas intentan crear un aura fantásmagórica a la par que misteriosa intentando con ello enganchar al espectador. Ciertamente lo consigue, pero lo hace no gracias a esto, sino a sus muy cuidadas localizaciones y elegancia visual. Las escenas son frías, elegantes y brutales a partes iguales. No descansamos sensorialmente hablando y al menos la tensión se mantiene a lo largo de todos los episodios, que además tienen una cadencia rápida lo cual siempre trabaja a favor de las series.

Dentro de la historia, y en capas que quedan muy escondidas bajo esa muestra del tejido social capitalista aberrante y egoísta, encontramos historias de superación, de aceptación y de venganza. La historia tiene mucho hilo del que tirar, el problema es que es solo al final de la serie cuando comenzamos a disfrutar de todo esto, lo cual hace que si no eres capaz de llegar al final no disfrutes de la parte buena de la misma.

Si te gustan los thrillers psicológicos con tintes de terror este al menos te permitirá expandir fronteras y te aseguro que al menos disfrutarás de una serie visualmente muy conseguida que destaca por su calma y colores fríos además de un vestuario y maquillaje de alta categoría.

Tráiler

Puntos fuertes
Overall
2.9
  • Originalidad
  • Fotografía
  • Edición y montaje
  • Interpretaciones
  • Maquilla y Vestuario
  • Guion

Puntos fuertes

  • Episodios de 30 min.
  • Un espectáculo de localizaciones
  • Arte, lujo e intriga

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