Entrevista a Juan Miguel del Castillo y Natalia de Molina: ‘Gracias mamá de Natalia’

Juan Miguel del Castillo y Natalia de Molina

Después de entrevistar a Juan Miguel del Castillo y Natalia de Molina me quedo con la sensación de que el inconmensurable trabajo conseguido por todo el equipo de ‘Techo y Comida’ es el resultado de un factor tantas veces olvidado por la inercia de una sociedad demasiado sucia, los sentimientos.  Las palabras atesoran mucho más que su mero significado y las que nos brindaron tanto Juan Miguel como Natalia desprendían sentimientos por todos sus poros. Él, como impulsor de un proyecto que cree totalmente necesario para agitar tantas conciencias como sea posible, y ella por cómo ha conseguido vivir y representar a tantas Rocíos que hay en nuestro país. ‘Techo y Comida’ es una dura pero digerible denuncia de la situación actual, es un producto resultante de personas que sienten de verdad y que en esta ocasión han utilizado su inmenso talento para intentar contagiar a la gran masa la falta de conciencia que en ocasiones todos representamos.

Al preguntar a Natalia por el reto que suponía ponerse en la piel del personaje de Rocío –culminándolo de manera magistral- un pequeño detalle en su respuesta me hizo reflexionar sobre la fragilidad de los actos que nos llevan a poder disfrutar de cosas que realmente valen la pena como lo es gran trabajo conseguido con ‘Techo y Comida’.

“Ha sido muy complicado, muy complejo, en un primer momento antes de decir que sí dudé mucho, era una responsabilidad muy grande, el 98% del tiempo iba a estar en plano y el personaje era muy difícil, soy muy joven, he hecho pocas cosas y era un gran reto, es la primera vez que hago un personaje principal con tanto peso” comentaba Natalia. “Hubo un momento cuando cogí el AVE de Madrid a Jerez para empezar el rodaje que me asusté muchísimo, yo estaba muy tranquila porqué lo había construido, tenía muchas ganas, consideraba que era una película necesaria, veía como una suerte tener la oportunidad de hacer algo así, pero de repente en el viaje me dije:  “a ver sino voy a ser capaz, que miedo, es una realidad, es algo que está pasando,  el personaje tiene muchos matices” y llamé a mi madre llorando diciéndole: “mamá no quiero ir a Jerez, no sé si puedo” y como buena madre que es me tranquilizó y me recordó lo que sentía yo cuando leía el guion, que ella confiaba mucho en mí, y al final se me pasó.”

Fue en esta sincera respuesta de la actriz donde me di cuenta de que es posible que debamos agradecer a la madre de Natalia indirectamente parte del resultado de ‘Techo y Comida’. ¿El destino? ¿Simple azar? ¿La esencia de lo que siempre ha sido emanando impulsivamente desde su interior? Nunca sabremos si sin esa llamada y la consecuente respuesta Natalia hubiera aceptado el reto, pero el unir las piezas de este bello puzle pudiendo ver la película y entrevistar posteriormente a sus dos máximos exponentes me ratifica una vez más que, los sentimientos que empapan este proyecto son los que a partir del 4 de diciembre nos permitirán disfrutar de él en las grandes salas.

¿Qué sentiste cuando viste el resultado, cuando viste por primera vez el conjunto de la película?

“Me quedé en shock, la primera vez que vi la película fue una sensación muy rara, ni siquiera la vi terminada, vi un montaje, me acuerdo que no me podía levantar de la silla, temblaba, me tuve que ir al baño a echarme agua, la gente me decía ‘¿Natalia que te pasa?’, vi la película pero realmente no sé muy bien que vi, era una sensación muy rara, cuando la rodé no era consciente de que hubiese hecho lo que salió en la cinta, no veía a Natalia, me daba la sensación de que estaba viendo a otra actriz, después de pasar por Málaga fue todo tan maravilloso que al verla por tercera vez me sentí muy orgullosa del trabajo.”

Cierto es que Natalia de Molina canaliza gran parte del peso de la película a través de su personaje, aunque ella destaca el gran trabajo realizado por los actores secundarios como es el caso de jovencísimo Jaime López en el papel de Adrián. Natalia nos resumía, con esa mirada de ternura que despierta la inocencia de los niños y que ella aun atesora, las impresiones de haber compartido rodaje con López:

“Es un artista, cuando rodamos el primer día él nunca había hecho nada, era la primera vez que se ponía delante de la cámara, era la primera vez que actuaba, me quedé anonadada”.

Luego llegó el turno de Juan Miguel del Castillo y al poder conversar con él lo vi, era el vivo reflejo no de la temática, sino del conjunto de la película. ‘Techo y Comida’ es el primer hijo del director andaluz y ha salido a imagen y semejanza de su creador, humildad, sencillez, trabajo, esfuerzo y como decía antes, sentimientos por encima de todo.

¿La pasión que tienes por este tipo de cine es por tus raíces, por tu entorno?

“Soy una persona muy humilde, de barrio, me apasiona el cine pero no me gustan las injusticias, creo que el cine no es sólo para entretener, yo también me siento un domingo cuando quiero ver una peli para echar un rato y divertirme, pero cuando trabajo me siento más comprometido, me tiene que apasionar lo que hago, me tengo que enamorar, si no es algo muy fuerte no me aventuro a contarlo.”

¿Realmente buscabais tanta austeridad y sencillez o es consecuencia de falta de presupuesto?

“Me gusta bastante esta pregunta porque hay medios que han confundido la falta de presupuesto con la estética de la película. ‘Techo y Comida’ es una cinta humilde, hemos tenido 500 mil euros de presupuesto, es cierto que la cantidad no es muy grande pero todo han sido decisiones creativas, la cámara en mano, la estética, la ambientación, etc.  La productora me abrió  todo un abanico de posibilidades y yo no quería esas cosas, por ejemplo no hay una iluminación tan estética, un movimiento de cámara, una grúa, no hay cosas así, de esta forma toda la estética de la película acompañan a la historia. En este caso las decisiones creativas eran lo que menos coste tenía,  lo más caro es pagar al equipo, los viajes, la comida, el material, hacer una  película distinta no hubiera costado más dinero. Quería el máximo realismo posible.”

El equipo de la película realizó un pase para asociaciones como Cáritas o Cruz Roja donde los representantes de dichas entidades le comentaron que la realidad era mucho más dura. Juan Miguel es absolutamente consciente de ello.

¿El hecho de tratar el tema con algo más de sutileza o suavidad es una manera de acercarlo más al gran público?

“Claro, no quería pasarme, no quería ir más allá sino contar los problemas de alguien normal y corriente, una persona que puede ser cualquiera de nosotros. No nos centramos en la gente que vive en la calle o en chabolas, eso son otros temas sociales que también me interesan mucho pero yo lo quería centrar en la gente que partiendo de una situación más normal acaba en la calle.”

Es una lástima que el público en general no tenga la oportunidad de poder conversar con los principales artificies de `películas como ‘Techo y Comida’, de poder observar la pasión, la ilusión, el esfuerzo y sobre todo los sentimientos que desprenden al hablar de su trabajo. Pero los espectadores tienen la ocasión y creo que el deber moral de disfrutar de proyectos tan humildes como ambiciosos. Todos los que vayan a ver ‘Techo y Comida’ encontrarán una pequeña parte de lo que son tanto Juan Miguel de Castillo como Natalia de Molina, él como director y ella como actriz protagonista, ambos como personas comprometidas, puro sentimiento llevado a la gran pantalla, sin olvidar a la productora Diversa Audiovisual que ha apostado por un producto tan bueno como arriesgado. ‘Techo y Comida’ ya ha cosechado el reconocimiento  unánime de críticas y galardones, ahora le toca al público dejar de lado por una vez el mero entretenimiento y acercarse a las salas de cine para disfrutar de una película tan sencilla como absorbente y necesaria.

https://youtu.be/qPPSjDfdw_4

2 comentarios en “Entrevista a Juan Miguel del Castillo y Natalia de Molina: ‘Gracias mamá de Natalia’”

    1. Muchas gracias Antonia, con un proyecto como el de ‘Techo y Comida’ y personas como Juan Miguel del Castillo y Natalia de Molina las cosas son más fáciles.

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