Crítica de ‘El hombre perfecto’ (2015, Yann Gozlan)

El_hombre_perfecto-637628959-largeTítulo original: Un homme idéal

Año: 2015 (Francia)

Duración: 97 min.

Director: Yann Gozlan

Reparto: Pierre Niney, Ana Girardot, Ludovic Berthillot, Valeria Cavalli, Marc Barbé, André Marcon, Laurent Grévill, Thibault Vinçon

Guión: Yann Gozlan, Guillaume Lemans, Grégoire Vigneron

Fotografía: Antoine Roch

Música: Cyrille Aufort

Género: Thriller

Sinopsis: A sus 25 años, Mathieu, sigue soñando con ser un escritor de prestigio, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no consigue publicar nada. Mientras tanto, se gana la vida en la empresa de mudanzas de su tío. Su destino dará un vuelco el día en que, por casualidad, se tope con el manuscrito de un anciano solitario que acaba de morir. Al principio tendrá escrúpulos, pero acabará por publicarlo a su nombre. Una vez convertido en la nueva promesa de la literatura francesa, se espera con impaciencia que escriba su segunda novela. La vida de Mathieu se convertirá entonces en una maraña de mentiras cuyo único fin es preservar a toda costa su secreto.

Crítica de ‘El hombre perfecto’

por Lourdes Lulú Lou

«Un César de carisma, pero contundencia leve»

Que sepas lo que va a pasar y no haya sorpresas por su previsto camino ¿importa?, ¿o se ve con ganas a pesar de ello? Respuesta que determinará tu querencia por ella.
Y ya puestos, ¿no sería más fácil renunciar a la novia y su altiva vida, que toda la que lía?, pues su incidente, más solución y volvemos a la misma piedra ¡carece de creencia y éxtasis en su resolución!
Porque, a parte de la prisa que tiene y lo rápido que ejecuta para llegar, casi directo y sin escalas al engaño, las mentiras y el acorralamiento, no parece muy creíble ¡toda la que monta! y lleva a cabo sin preparación, de improviso y sin que nadie se de cuenta, un afortunado artista del ¡salvarme como pueda!, a quien todo, por milagro, le sale a la primera, ya sea robo, muertos, camuflaje o salir pitando para que no te vean.
Se supone vive de una tensión, agobio y misterio que provocan interés, incógnita, incertidumbre y deseos de seguir al pie del cañón, para capturar su inquietante letra, aunque ésta, como el libro protagonista arena negra, es falaz y usurpadora, pues pretende ocupar una posición de palabra que no es la suya en retribuida escena.
Sin arena movediza que te atrape, sin esa alma negra que te capture y seduzca, poco queda que no sea un mirar neutro y relajado, ausente de toda perspicacia o aliento por ella ya que, no es malo ser previsible siempre que seas correcto y adecuado -tarea que si realiza de buenas maneras y con servido gusto-, es que los hechos no estimulan ese emulado tormento que busca, esa tragedia moral que vierte hacia lo recóndito del ser humano, esa agobiada supervivencia al límite donde cabe todo y surge un desconocido monstruo, ambicioso, dispuesto a mantener lo obtenido, al precio que sea.
Ese perder el norte, la dignidad y la cordura de una asfixia letal que te transforme, manipula y oferta unos ataques de pánico, con sus horribles consecuencias, no llena ni intimida como debe y es únicamente un sobrio, elegante y mandatario Pierre Niney quien mantiene el nivel justo para que sea un entretenimiento medio, de validez oportuna, que bebe de Hithcock y otros imitadores, no rematando con excelencia la faena.
“Ellos no son tu familia”, ¡y tú ya no sabes quién eres!, deambulas a golpes para mantener un trono ficticio que tiene un alto precio, suplantar una personalidad que acabará destruyendo la tuya; descubrir de lo que eres capaz para ganar, hallar lo que harías por abandonar y poder descansar y respirar de tan loca intrepidez, una incesante noria de mucha abrupta escena, inverosímil en su perseguida sugerencia, que no logra la aceleración deseada, sólo ese termino casual, clásico y armonioso que une todas las piezas con encaje, pero sin excesiva intriga.
Curiosidad si/desvelo no, agraciada si/desazón suculento no, su reactivo escénico de tropiezos, dificultades y soluciones al momento no endulza, alarma o dispara con acierto al acicate de un espectador que ameniza su tiempo con unas ganancias equilibradas, que no permiten hablar de aburrimiento o desgana, pero tampoco de glucosa adictiva que sacia el requerimiento de apetito sabroso y “al dente” solicitado.
Su consumo y nutrición es razonable, que no impactante ni arrasador, por tanto “su violar la memoria de un muerto” son unas “falsas apariencias” donde el “escribir 2500 caracteres por día” de un admirado Stephen King de inicio, no aseguran la angustia y presión, amenaza y cerco de su verdugo protagonista.
Verdad es que su sorpresivo giro final le sube enteros pero, después de tanto desmadre ¿qué más queda?; la inteligencia del inspirador maestro se puede emular, copiar, que no reproducir con efectividad, no al menos para este cumplidor intento de Yann Gozlan que circula/no arrasa.
Ilumina más su estilizada y bella fotografía, que la barbarie que tiene lugar dentro de ella; ansiedad en las páginas escritas, neutralidad en las escenas absorbidas.
Un hombre perfecto que no saca todo su provecho.
  • 6.5/10
    Realización - 6.5/10
  • 6.5/10
    Fotografía - 6.5/10
  • 6/10
    Montaje y edición - 6/10
  • 6/10
    Música - 6/10
  • 5.5/10
    Guion - 5.5/10
  • 6/10
    Interpretaciones - 6/10
6.1/10

Resumen

Lo mejor: su trasladada esencia a otra época y cine.
Lo peor: su actuar con corrección no conlleva exquisitez argumental ni reflexiva.

Tráiler de ‘El hombre perfecto

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