Crítica de ‘Gernika’ (2016, Koldo Serra)

gernika-magazinemaTítulo original: Gernika

Año: 2016 (España)

Duración: 110 min.

Director: Koldo Serra

Reparto: María Valverde, James D’Arcy, Jack Davenport, Burn Gorman, Ingrid García Jonsson, Álex García, Julián Villagrán, Irene Escolar, Joachim Paul Assböck,Bárbara Goenaga, Víctor Clavijo, Natalia Álvarez-Bilbao, Elena Irureta

Guión: José Alba, Carlos Clavijo Cobos, Barney Cohen

Fotografía: Unax Mendia

Música: –

Género: Drama

Sinopsis: Una historia alrededor de la población vasca bombardeada por la aviación nazi en abril de 1937, durante la Guerra Civil Española. En ese contexto, la joven Teresa (María Valverde), una editora de la oficina de prensa republicana chocará con Henry (James D’Arcy), un periodista americano en horas bajas que está cubriendo el conflicto. Teresa, cortejada por su jefe, Vasyl (Jack Davenport), asesor soviético del gobierno republicano, se sentirá atraída por el idealismo durmiente de Henry y querrá despertar en él la pasión por contar la verdad, que un día fue su único objetivo.

Crítica de ‘Gernika’

por Lourdes Lulú Lou

«Amonestada, por falta de ímpetu y carácter«

Era imposible imaginar ¡lo mucho que me iba a aburrir!, fecha tan importante en la historia de España y ni inspira ni conmociona, simplemente narra.

Una historia de amor y celos, entre traidores y leales, entre dobles juegos e intereses propios, mientras se prepara un ataque intensivo de tres lanzamientos en uno solo, exitosa prueba ahorrativa de armamento y confirmativa de la eficacia y contundencia del poderío del ejército alemán, excelente regalo de cumpleaños para Hitler.

Espléndida ambientación, caracterización y puesta en escena, con cuatro idiomas compartidos (vasco, español, inglés y alemán), más un intento de personalizar en humanas vidas, en su personalidad, ilusión y forma de existencia, para que no sea únicamente un despiadado y odioso ataque; y suenan las sirenas de prevención para ir a protegerse a los refugios y…, como todos sabemos, llega tarde; la destrucción se impone, la muerte ha llegado, la barbarie está en marcha; y les ves correr, gritar, pedir auxilio, desesperarse, quebrarse de dolor, romperse de angustia, buscar, encontrarse, abrazar, disparar…, y el espectador sin inmutarse, a la espera de unas emociones y complicidad que nunca llegan.

No hay indulto, no hay perdón para esta producción y su malogrado esfuerzo pues, es tan fría, distante y superficial en cuanto a sentimiento transmitido, en cuanto a martirio sentido, en cuanto a desgracia vivida, en cuanto a sufrimiento repartido, en cuanto a machaque impuesto que, pasan los minutos y la cosa no mejora; nutrida fotografía para unos ojos satisfechos, a quienes no acompañan los oídos, ni la carencia de una razón molesta de tan poco alimento reflexivo, para tan gran oportunidad perdida.

“El día en que murió Guernica” de Thomas y Morgan-Wits, “…, se bombardean los edificios, los civiles salen a las calles, después se ametrallan con cazas, la gente vuelve a los edificios, que son bombardeados de nuevo, y así sucesivamente…,” y, ni siquiera el susodicho periodista destaca como cabe; muchos historiadores han debatido sobre día tan devastador y horrible, sobre sus causa, consecuencias, rigor histórico, orígenes del ataque y prevención a posterior de otros posibles, si se hubieran tomado aptitudes diferente de firmeza y resolución en su momento; pero la verdad es que, dicho retrato de Koldo Serra no infunde pasión, credibilidad ni dramatismo, tan pobre y ligero que daña al recuerdo y ofende al infierno padecido.

“Mínima intervención, máxima destrucción”, y la cinta parece seguirlo a pies juntillas; seguir la formalidad estricta de los pasos, para una narración académica que se destruye a si misma, al olvidarse de darle vitalidad a los personajes e interés a su relato.

Para algunos, mover los pies es bailar, aunque sea un soso y repetitivo hacia delante, hacia atrás, derecha e izquierda; para más efusivos y exigentes, se demanda movimiento de cadera, flexibilidad de manos, ligereza de piernas, armonía de pies y entusiasmo de un alma que vibra con la absorción del momento creado, al acelerar su corazón e intimar con la pieza; está claro que se esperaba y que se recibe.

Personaliza en tono romántico, con nombres propios y sus relaciones compartidas, para acercar e involucrar al ciudadano, para provocar complicidad emotiva antes y tras el bombardeo, dejando de lado la cuestión política y bélica, sobre la que no se postula ni enjuicia; pero, sigue con su patosa torpeza de mover los pies adelante, atrás, a derecha e izquierda y creer que, su representado baile es gratificante, sugerente y evocador.

Guernica, punto clave para entender las maniobras que usó la legión Cóndor posteriormente en la guerra, pues fue usada como banco de pruebas previo, un experimental tiro al blanco sin concesión ni tregua y cuyo desgarro, padecimiento, tortura y caos supo plasmar brillantemente Picasso en su magnífica obra, una impactante alegoría genérica al terror de la guerra; ve a echarle un vistazo a tan impresionante pintura y olvida esta desganada tibieza, hay insondables sentimientos en aquella/en ésta no hay ninguno.

  • 6/10
    Realización - 6/10
  • 7/10
    Fotografía - 7/10
  • 5/10
    Montaje y edición - 5/10
  • 6/10
    Música - 6/10
  • 5.5/10
    Guion - 5.5/10
  • 6/10
    Interpretaciones - 6/10
5.9/10

Resumen

Lo mejor: su fotografía y ambientación.
Lo peor: se olvida de ser veraz en la parte emotiva.

Tráiler de ‘Gernika

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