‘Babadook’ (Jennifer Kent, 2014)

‘Babadook’ es una de las apuesta de cine de terror que abre la cartelera de este primer mes del año. Lo que resulta llamativo del film es el país de producción: Australia, un país que no es conocido por su cine de terror, al enfrentarse al ya muy extendido cine de terror estadounidense y japonés.

La principal virtud de este largometraje es la muestra de que muchas veces menos es más, y aquí el juego de sombras y sobre todo, de la atmósfera provocada tanto a través de la banda sonora como de la iluminación como inclusive de la puesta en escena, es más que necesaria para conseguir provocar terror en los espectadores, después de conseguir meter el miedo en el cuerpo, lo descorcha con un miedo más físico y más apegado al género como es la inclusión de un ente sobrenatural e inverosímil, en esta ocasión para ser la guinda del pastel y dar el toque final al ‘tenebrismo australiano’ de forma natural.

Las interpretaciones en esta ocasión son muy importantes: la actuación de Essie Davis como Amelia, una madre afligida por un suceso negativo y la pérdida de su marido, además de tener que hacer frente a criar a un hijo un poco especial sola, consigue transmitir esa fragilidad e incluso falta de vitalidad, un aire cansado incluso un desgaste físico y mental, Davis ha sabido divulgar todos esos valores a través, no solamente, del lenguaje no verbal, sino de su propia puesta en escena, de su presencia en pantalla; esto se contrapone a la otra interpretación de Davis que se puede visualizar en el film, en la que muestra un lado más oscuro, más violento pero no lo hace de forma sobreactuada, sino justificada en su propio personaje, sigue una coherencia interna y externa que consigue que al espectador no le chirríe este cambio tan radical y se produzca de forma dinámica y atractiva.

La otra interpretación a destacar es la del pequeño Noah Wiseman interpretando al misterioso y un tanto especial Samuel. Wiseman ha mostrado tanto a crítica como al público la intensidad necesaria para su actuación, la inocencia recubierta de oscuridad y dramatismo, un cuento infantil que torna en un drama oculto y termina en una pesadilla. Sin duda, se lleva de calle la pantalla y junto a Essie Davis hacen un dúo perfecto, hay una conexión y lo más importante: hay química escénica. Un gran acierto la elección de este joven y que le augura un futuro prometedor.

Con respecto al guión tiene ciertos puntos negativos, sobre todo lo que es la parte final. La historia no gira en torno a un ente o un monstruo sino que arranca con la vida cotidiana de una familia que carga a sus espaldas con su propio drama. Esto potencia la contextualización de lo que puede venir después y por lo tanto atrae al espectador a querer saber más, dado que sabe que algo no marcha bien, hay detalles que le indican que se va a producir una ruptura de su rutina. Y aquí se encuentra el clímax del film, el punto más álgido, pero no de forma abrupta, sino con un puente lo suficientemente suave, pero sin perder fuerza para producirse el cambio de acción, en esta parte del film es donde se encuentran las situaciones con más cargas emotivas y donde se ve el terror tanto psicológico como más visual. El problema surge con la resolución del guión que no termina de convencer, parece casi una parodia de su propio clímax, como una especie de broma al propio film pero aun así no es suficientemente malo como para hacer sombra al resultado total del film, que es bastante interesante.

Otro de los problemas es la falta de personajes de reparto con profundidad, pero aun así pueden valer para crear el ‘atrezzo’ compositivo de las relaciones sociales de los protagonistas y esa introspección personal que se hace externa, dada su situación negativa y cómo esto llega a afectar a sus más allegados.

Uno de los puntos más a favor del film es su música, la banda sonora acompaña en todo momento la película y sabe en qué momento propicio musicalizar la escena: dando escalofríos en escenas previas al punto más álgido de la acción o suavizando lo que se ve para no tener al espectador en una tensión innecesaria.

En conclusión, una de las grandes apuesta del cine de terror en este comienzo de 2015 pero inclusive se podría decir que será una de las películas a destacar de género de terror durante este año, como ya pasase con ‘Expediente Warren: The Conjuring‘ durante el 2013Dos grandes actuaciones protagonistas, elementos del género propios que consiguen conjugar de manera que pese a que sean recursos ya vistos, puedan entretener y mostrar algo diferente. Recomendable para los seguidores y la audiencia de lo sobrenatural, lo terrorífico y del miedo más sensitivo que visual.

Tráiler

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *