Crítica de ‘Blitz’ (Elliott Lester, 2011)

Ver una película de Jason Statham es sinónimo de acción, golpes y carreras a toda velocidad por la ciudad, gran parte de las veces a coche, aunque en ‘Blitz’ nos deslumbra con una carrera a pie por Londres que no tiene desperdicio ninguno. La película de Elliot Lester tiene un toque británico que atrae al espectador cuando se adentra en las casas y barrios londinenses como no suele ocurrir en estas películas. Disfrutamos, aunque solo es durante breves instantes de ese intento de llevarnos más allá de los golpes y la violencia enmascarada en acción policial y protección cuando nos metemos en esas cuatro paredes tan íntimas que crean un hogar y albergan problemas.

En gran parte de los thriller que vemos a día de hoy sabemos en todo momento quien es el protagonista, obviamente, y el antagonista, cuyo papel suele ser visible la mayoría de las veces a través de personajes secundarios. En ‘Blitz’ ocurre todo lo contrario, el asesino de policías da la cara y obtiene su venganza a la luz del sol, esconde únicamente su nombre real para poder seguir matando y para darse a conocer a los medios, haciéndose una estrella mediática, un comportamiento psicópata y patológico llevado al extremo.

El guión no aporta nada que no hayamos visto o imaginado antes en la gran pantalla, aunque los personajes tienen la suficiente fuerza, es lo que tiene contar con Statham, para mantenernos enganchados todo el rato, aunque se flaquee en los secundarios, los cuales parecen agregados al guión en último momento, y con los que aunque se intenta crear profundidad no se consigue, ya que la concatenación de muertes es tan rápida que el vínculo que pueda crearse es mínimo y muy superfluo.