Cine sonoro: el cine de terror

El cine de terror llegará de la mano de la monstruosa creación del Dr. Frankenstein en 1902, cuando la Biograph realice por primera vez una adaptación de la novela homónima de Mary Shelley de 1818. En estos primeros años el público americano era demasiado ingenuo, si lo comparamos con el europeo, acostumbrado a lo que se producía en el expresionismo alemán, un cine de terror psicológico frente a los simples “sustos” americanos podemos comprender las diferencias entre continentes y como unas producciones, las europeas, marcaron el ritmo durante años en América.

En los años 20 llegarán al cine americano técnicos europeos que enriquecerán el género, participando en las obras más valiosas del cine de terror de los años 30, a partir de entonces, una atmósfera tenebrosa inundará las pantallas norteamericanas. Se recupera la mitología de la literatura de terror, son los años de la productora Universal de T. Browning, Whale, Bela Lugosi o Boris Karloff.

Con la introducción del sonoro, el cine americano es capaz de captar el verdadero terror, ahora se oyen los ruidos, los chillidos desgarradores, el chirriar de las puertas, la música de misterio o el grito del vampiro. La forma de llegar al espectador es ahora mucho más directa, más rápida, y no requiere de un complejo entramado psicológico para alterar la tranquilidad de quien disfruta de la película.

‘El terror’ (Roy del Ruth, 1928) dio un paso más en esta evolución que venía gestándose en el cine americano. La película, basada en la obra de misterio del famoso escritor Edgar Wallace, prescindió de los subtítulos y de los títulos de crédito, era un personaje enmascarado quien iba recitando con voz truculenta todo el elenco de producción, algo que al parecer marcó bastante a los espectadores. ‘El terror’ narra la historia de un maníaco que deja en la escena del crimen un guante negro junto a los cuerpos mutilados de sus víctimas. La historia cuenta con ansias de venganza, miedo por lo paranormal y constante suspense por saber si atraparán o no al asesino.

A partir de este momento fueron apareciendo otros monstruos, conformando un género que se verá influenciado por el expresionismo alemán y los avances técnicos.

Con la llegada del sonoro, el cine de terror intensificará su sentido dramático, Universal sentará las bases del género y mantendrá la moda por el tras el estreno en 1931 de ‘Drácula’, dirigida por Browning e interpretada por Béla Lugosi. Esta cinta no está inspirada directamente en la novela de Bram Stoker, pero abrirá las puertas de Hollywood a vampiros e infinidad de versiones del conde. La interpretación de Lugosi fue magnífica, la gestualidad y poder interpretativo de este actor de teatro que dio el salto a la gran pantalla consiguieron atraer la atención del público a este género.

Ante el éxito de ‘Drácula’, Universal produce ‘Frankenstein’ (1931), la puesta en escena fue de James Whale, tuvo más éxito que la anterior. Fue interpretada por Boris Karloff, quien gracias a un gran trabajo de maquillaje dará vida a un personaje a medio camino entre lo tierno y terrorífico, con este papel se convirtió en uno de los grandes iconos del cine de terror.

Dentro de este género se engloban en este periodo las películas fantásticas, y las películas de corte sentimental con tintes surrealistas. La ciencia-ficción no existía como género aun. ‘La parada de los Monstruos’ fue una película pionera en este aspecto, fue producida en 1932 y dirigida por Browning. Fue una apuesta muy arriesgada por el contenido y los personajes que muestra. Este melodrama de fuerte componente moral y de magnífico guión, llegó a estar prohibida por dar vida y relevancia a una realidad minoritaria que la sociedad prefería obviar. Browning hará otras películas de terror, ‘Muñecos infernales’ (1936) es un ejemplo de ello, pero nunca llegaría a conseguir crear algo tan fascinante y aterrador como ‘La parada de los monstruos’.

También harán películas de terror otras compañías, en las que proliferan los científicos locos, como es el caso de ‘Svengali’ (Archie Mayo, 1931) de Warner, o ‘Doctor X’ (M. Curtiz, 1932) de First National Pictures. El filón no se agotó en unos años, el rotundo éxito de la película protagonizada por Karloff dará pie a la secuela dirigida por el mismo director, que llevó por título ‘La novia de Frankenstein’ (1935), que superaría a la primera en taquilla y fama.

A finales de los años 30 el género se consideró agotado y entraría en una progresiva decadencia hasta los años 40 en que RKO intente con películas dirigidas por Val Lewton y Tourneaur dar un vuelco a esta situación. Al final el género acabaría siendo parodiado por Abbot y Costello, tardará mucho en recuperarse debido a la fuerte acometida del genero de comedia, gánsters o aventuras que será mas explotado en las décadas siguientes.

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